Odilon Redon, entre Goya y Allan Poe
La obra de Odilon Redon (Burdeos, 1840-París, 1916) se desarrolló en el tiempo de los impresionistas, pero muy lejos de ellos. Pese a coincidir con los grandes nombres de aquel movimiento, su obra se movió por derroteros mucho más oscuros que la luz que veneraban los amigos de Monet. El mundo creativo de Redon fue un reflejo de los misterios que acompañaron su vida. Su fascinación por la obra de Edgard Allan Poe llenó sus lienzos de arañas, cabezas cortadas o pólipos con forma de ojo; una iconografía que le vinculó al Simbolismo, a los Nabis y al Surrealismo.
Escasamente representado en las colecciones españolas, la Fundación Mapfre abre hoy al público la primera gran antológica que se le dedica en España. Son más de 150 obras prestadas en su mayor parte por el parisino Museo D’Orsay y otros grandes centros europeos.
Organizada en orden cronológico y comisariada por Rodolphe Rapetti, la muestra arranca con sus primeros trabajos como grabador y acaba con sus escenas mitológicas y entre grandes paneles coloristas. En medio están las cabezas cortadas, la vida microscópica, los ángeles caídos, el mundo de los sueños y los soles negros.
Los escritores Baudelaire, Poe o Darwin, inspiran gran parte de la obra de un pintor que confesó siempre su admiración por Goya (que murió en Burdeos, ciudad natal de Redon). Al pintor español le dedicó algunos de sus trabajos más inquietantes, inspirados en las series de "Los caprichos", "Los desastres de la guerra" y "Las pinturas negras".