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¿Quién dijo que este crucifijo era de Miguel Ángel?

¿Quién dijo que este crucifijo era de Miguel Ángel?

La única certeza es que representa a un Cristo crucificado, que apenas mide 41,3 centímetros de alto por 39,7 de ancho, que es de madera policromada, que data de la última década del siglo XV y que el Estado italiano pagó en 2008 un total de 3,2 millones de euros por hacerse con él, proclamando a los cuatro vientos que se trataba de una escultura de Miguel Ángel comprada a precio de ganga.


Pero ahora esa operación le puede costar cara a sus responsables, ya que el Tribunal de Cuentas italiano está decidido a sentar en el banquillo a los directivos del Ministerio de Cultura que autorizaron esa adquisición. La acusación: haber pagado a precio de oro una obra de arte que nadie osa afirmar que salió indiscutiblemente a la mano del gran Miguel Ángel y que como mucho es sólo atribuible a él.


Es verdad que hay algún que otro experto que aventura la posibilidad (sólo la posibilidad) de que pudiera ser una obra de juventud del genial artista, pero no hay absolutamente ninguna certeza de que el autor de esa pequeña escultura que data de 1495 sea el mismo que decoró la Capilla Sixtina.


Para Mina Gregori, Paola Barocchi, Margrit Lisner y Frank Zoellner, algunos de los mayores expertos mundiales en Miguel Angel, se trataría sólo de una pieza procedente de la escuela de Miguel Ángel que "ni tiene ni el estilo ni la calidad" características del maestro.


Consideran, además, que dadas las enormes dudas que pesan sobre su autenticidad, y visto que en el mercado circula cerca de una decena de piezas similares, el crucifijo en cuestión no valdría más de 700.000 euros. Cinco veces menos la cifra desembolsada por el estado Italiano para hacerse con él.


Muchos, muchos críticos ya se echaron las manos a la cabeza cuando el Estado Italiano compró en 2008 el crucifijo en cuestión. Y ahora el Tribunal de Cuentas, el organismo encargado de controlar las cuentas públicas italianas, se pregunta por qué demonios el Ministerio de Cultura autorizó el desembolso de 3,2 millones de euros por un crucifijo que ya en la época desataba enormes sospechas y exige explicaciones a los responsables de autorizar esa compra.


Concretamente, al actual secretario de estado de Cultura, Roberto Cecchi, quien en la época de la polémica compra era director general de ese departamento y a otros cuatro altos cargos.


Mientras se resuelve el entuerto, el crucifijo permanece encerrado en un almacén y se ha decidido suspender su exhibición en museos.


Compartir | Recomendar Noticia | Fuente: elmundo.es/Irene Hernández Velasco | Fecha: 20/02/2012 | Ver todas las noticias



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