Los abuelos del cinematógrafo
Antes de los fotogramas, mucho antes del 'technicolor' y el sonido que mandó a los actores mudos al paro, cuando el 3D de las películas de animación modernas era tan ciencia-ficción como para nosotros pueda resultarlo el teletransporte, la primitiva tecnología de la imagen en movimiento, las sombras chinas, las cajas mágicas, ensayaban la que luego iba a ser la base tecnológica de la industria cultural más influyente del siglo XX y lo que llevamos del XXI.
La exposición 'Ilusión y movimiento', de la Obra Social CatalunyaCaixa y que parte de las piezas reunidas por el coleccionista Josep Luis Queraltó, ha inaugurado con una semana de antelación el festival de cine Retroback de Granada, en esta ocasión yendo un paso más atrás en lo que suele ser habitual en esta cita del cine antiguo para viajar hasta la época de sus ancestros de nombres extraños, como los zootropos y los praxinoscopios.
Incluye la colección piezas únicas, como un diorama que representa la boda de Napoleón III y Eugenia de Montijo, muy adecuado para que lo acoja el Centro Cultural Gran Capitán, a pocos metros de la calle que lleva el nombre de la emperatriz de Francia que nació en Granada. Es parte de las 20.000 piezas que componen la colección Queraltó y que en algunos casos no han sido visitables en ningún museo de España en 35 años.
La muestra, que permanecerá hasta el 26 de febrero abierta el público, también se apoya en grabaciones históricas, como 'Salida de misa de doce del Pilar de Zaragoza', considerada la primera del cine español y rodada en 1896 por Eduardo Gimeno... y también la segunda, grabada en el mismo emplazamiento un día más tarde y titulada 'Saludos', ya que la noticia de la grabación había corrido como la pólvora y todo el mundo quería saludar al nuevo invento del cinematógrafo.
No faltan los Lumière o Méliès, pero antes que ellos estaban las linternas mágicas y las sombras chinas -llamadas así por los europeos del XVIII, aunque las de los chinos eran algo diferentes-, y entre medias los cristales de las linternas mágicas, magníficas piezas dibujadas sobre gelatina de bromuro y perfectamente conservadas
Por contraste, la exposición incluye una pantalla con tecnología actual que permite observa imágenes en tres dimensiones sin necesidad de usar gafas estereoscópicas. La pantalla reproduce, mediante un proceso de manipulación digital, antiguas placas de la época consiguiendo una impresión visual semejante a la que se podía obtener mirando a través de un visor especial.