Propiedad intelectual: ¿sabemos qué es y qué protege?
La ley no protege las ideas sino la plasmación de las mismas en una obra.
No es poco habitual encontrar en ciertos foros protestas de algunos ciudadanos sobre lo que creen el "plagio de su idea". Es de hecho común encontrar este tipo de comentarios incluso en aquellos sectores que se sitúan a sí mismos en posturas contrarias a una visión restrictiva de la propiedad intelectual. Sin embargo, no es cierto que la Ley de Propiedad Intelectual otorgue monopolio alguno sobre las meras ideas sino única y exclusivamente sobre la plasmación de las mismas en una obra. Esto es, otorga derechos sobre el libro, la concreta sucesión de palabras que ha escogido el autor para explicar su historia o desarrollar su argumento, pero no sobre la idea que subyace.
Las campañas del Ministerio de Cultura, únicamente interesado en aumentar las ventas de los lobbies del copyright que llevan sus riendas, no ayudan a aclarar conceptos. Así, su nota de prensa sobre su campaña de adoctrinamiento de 2005 presentaba al autor como "dueño de una idea", pese a que sea un lugar común en la doctrina especializada que "las ideas como tales, la información como tal, son de libre utilización desde el punto de vista del derecho de autor" (Comentarios a la Ley de Propiedad Intelectual, Coord. por Bercovitz). En cualquier caso, no parece que este hecho sea desconocido para el Ministerio de Cultura, sino que es más bien un caso de sacrificio del rigor en la información en beneficio del impacto mediático de una campaña. La propia sección de preguntas frecuentes de la web del Ministerio se encarga de contradecir sus propias campañas reconociendo que de la "protección de la propiedad intelectual se excluyen las ideas".
Que la Propiedad Intelectual no proteja ideas sino obras es lo que hace que 'Scream' no sea un plagio de 'Halloween', que no lo sea 'Saber y Ganar' del Trivial y que no lo sea cualquier programa de Telecinco de 'Tómbola'. Es también por esta razón por lo que la ONCE ganó el pleito que le interpuso un particular que decía ser dueño de la idea de un juego de azar. La Audiencia Provincial de Madrid declaró en ese caso que el registro de la mecánica del juego no significa "que aquél venga a ostentar una suerte de exclusiva sobre la ideación de todos los juegos de azar que consideren diversas variables aleatorias (...) pues lo que es susceptible de propiedad intelectual, y por tanto de protección a través de la legislación que la tutela, es la obra literaria, artística o científica, pero no las ideas".
Algo semejante ha sucedido con las series 'Aquí no hay quien viva' y 'La que se avecina', en el caso que enfrentaba a Antena 3 y Telecinco por el supuesto plagio de la segunda sobre la primera. Es evidente que la idea de ambas series es la misma, los problemas y situaciones que se dan en una comunidad de vecinos, pero son distintas obras, que es lo que realmente protege la propiedad intelectual. Es por ello por lo que la sentencia de primera instancia da la razón a Telecinco y no considera que exista plagio alguno. Además, como aclara literalmente la sentencia, en 'La que se avecina' nadie dice "ésta, nuestra comunidad" ni "un poquito de por favor", lo que terminó por inclinar la balanza hacia el lado de Telecinco en una discusión de altura.
Toda creación es en realidad un proceso de construcción social, donde todos bebemos de las ideas del otro. Pretenderse autor único de una idea y ser su absoluto dueño, no solo es jurídicamente incorrecto, sino también el acto de arrogancia de quien cree que construye de la nada. Resulta sorprendente que todavía haya quien esté convencido de que su obra nace por su único genio y esfuerzo, sin darse cuenta de que lo hace, como sucede en todo caso, apoyándose en los hombros de otros como él.