Atracón picassiano
Pese a ser destronado por dos artistas chinos (Zhang Daqian y Qi Baishi) y un norteamericano (Andy Warhol) en el ranking de subastas mundiales acumuladas en 2011, Pablo Picasso sigue siendo un valor seguro. Y no solo nos referimos al mercado del arte y su cotización. Los museos y centros de arte continúan manteniéndolo entre los favoritos en sus calendarios expositivos. Tan solo en los últimos días se han inaugurado seis exposiciones centradas en Picasso, amén de varias noticias relacionadas con él, como la puesta a la venta por parte de Christie's de su célebre lienzo «Niña con paloma», propiedad de la familia Aberconway, que podría superar los 60 millones de euros.
Además, el PNV ha vuelto a pedir esta semana, como hace sistemáticamente desde hace tiempo, el traslado del «Guernica» al País Vasco. Recordemos que este año se conmemora el 75 aniversario de su creación. El ministro de Educación y Cultura, José Ignacio Wert, respondió en el Congreso que las condiciones materiales y el estado de conservación del cuadro hacen «desaconsejable» su traslado tanto al País Vasco como a cualquier otro lugar. Repasamos a continuación las exposiciones centradas en Picasso que acaban de inaugurarse.
Comenzamos esta ruta picassiana en Londres, donde la Tate Britain muestra, hasta el 15 de julio, la influencia que Pablo Picasso ejerció en artistas británicos como Duncan Grant, Wyndham Lewis, Ben Nicholson, Henry Moore, Francis Bacon, Graham Sutherland y David Hockney. Bajo el título «Picasso y el Arte Moderno Británico», la exposición trata de mostrar el gran interés que había en este país por Picasso en el siglo XX, mucho más profundo de lo que se pensaba hasta ahora. El comisario, Chris Stephens, dice que fue una «nueva y positiva inspiración. Cada generación encontró algo nuevo en Picasso y cada artista, algo diferente». La muestra, que reúne más de 150 obras, entre ellas 60 de Picasso, refleja a la perfección la variedad y la vitalidad con que los artistas británicos respondieron a esa influencia que el malagueño ejerció en ellos.
Tanto Picasso como su prolífica obra son muy fotogénicos. Nadie parece dudarlo. Se ha hablado mucho de la mirada incisiva, cortante como un cuchillo, del artista malagueño, de su magnética personalidad, de su canibalismo... Pocos fotógrafos se resistieron a inmortalizarlo con sus cámaras. Un buen número de retratos de Pablo Picasso forman ya parte del imaginario colectivo y han contribuido en buena medida a construir el mito. Comprendió como pocos la importancia de la fotografía en la creación de una imagen pública, su capacidad para mantener el culto a la personalidad del artista.
El Museo Picasso de Málaga indaga, hasta el 10 de junio, en este tema en su nueva exposición, «Conmigo, yo mismo, yo. Retratos fotográficos de Pablo Picasso»: 166 imágenes, muchas de ellas vintage, de 34 fotógrafos, entre ellos nombres tan conocidos como Brassaï, Richard Avedon, Robert Doisneau, Henri Cartier-Bresson, Lee Miller, Man Ray, Dora Maar (que fue una de sus musas y amantes, aparte de inmortalizar el proceso de creación del «Guernica»), Cecil Beaton, Robert Capa o Inge Morath.
Además, el museo malagueño mantiene, hasta el 27 de mayo, la muestra «Prince/Picasso», en la que el siempre controvertido artista norteamericano Richard Prince aborda a Picasso aplicando la táctica del canibalismo, apropiándose de la obra del artista malagueño (algo políticamente incorrecto en estos tiempos de lucha contra la piratería y la defensa de la propiedad intelectual) y haciéndola suya. El museo exhibe, en primicia, 38 cuadros de gran formato, así como 51 collages y foto-collages creados por Prince durante los dos últimos años.
Pablo Picasso inventó el collage artístico en la primavera de 1912, pero ya antes, en Barcelona, en marzo de 1899, había realizado un dibujo, «Hombre apoyado en una pared», al que encoló una imagen reproducida técnicamente: el retrato de una actriz. El Museo Picasso de Barcelona, que estrena nuevo director, Bernardo Laniado-Romero, plantea los motivos que llevaron al joven Picasso a adherir una imagen impresa mecánicamente al lado de uno de sus dibujos.
«Un collage antes del collage» se centra en el estudio y la investigación realizados alrededor de una obra poco conocida y singular del fondo del museo y que supone una puesta en valor de la colección. Reúne, hasta el 3 de junio, 32 obras de Picasso, 8 de Ramón Casas, 2 de Apel·les Mestres, una de Steinlen y otra de Nonell, así como álbumes de fotos, revistas, carteles y postales y catorce películas, datadas entre 1896 y 1900, de Lumière, Méliès o Pathé Frères.
La mujer, una de las grandes obsesiones de Picasso en su vida y una constante iconografía en su trabajo, es la protagonista de la exposición «Picasso. El eterno femenino», que la Fundación Canal presenta en sus salas de exposiciones hasta el 8 de abril. Son 66 grabados (abundan litografías y aguafuertes), realizados entre 1927 y 1964, todos ellos procedentes de la Fundación Picasso. Museo Casa Natal de Málaga. La muestra se articula en catorce secciones. Ahí están sus bellas y sugerentes mujeres imaginadas, sus retratos femeninos del Renacimiento, sus mujeres cubistas, sus damas sentadas en sillones a modo de retratos de Corte... También la mujer como objeto erótico, sus desnudos, pero no faltan la mujer ensimismada en su mundo interior, el pintor y la modelo, la mujer observada (Picasso es uno de los grandes voyeurs del arte del siglo XX), pero también la mujer que observa...
Picasso estuvo siempre rodeado de mujeres, desde la infancia en su entorno familiar (su madre, sus tías), hasta sus amantes, esposas, modelos, hijas... De esas numerosas mujeres que pasaron por su vida están presentes en la muestra Françoise Gilot, madre de sus hijos Claude y Paloma, y su última esposa, Jacqueline Roque. Pero se echan en falta otras tan importantes para él como Olga Khokhlova, Marie-Thérèse Walter o Dora Maar. Entre lo mejor de la exposición, el efectista y teatral diseño del montaje, que firma Enrique Bonet, que pone en valor las piezas: grabados sobre caballetes en la sala de bóvedas, espejos, paredes rojas, ocres y turquesas, letras doradas...
Y más platos en este atracón picassiano. El torreón medieval de Lozoya, en Segovia, acoge, hasta el 31 de mayo, la exposición de grabados «Suite 156», perteneciente a la colección Bancaja. La muestra, que ha coordinado Juan Carrete, corresponde a la última serie de estampas que realizó Pablo Picasso: un conjunto de 156 planchas grabadas entre enero de 1970 y marzo de 1972, un año antes de morir. No pudo firmar a mano las láminas en serie, quedando autentificadas con un sello Picasso, lo que las atestigua como obra póstuma, aunque sí pudo contemplar las pruebas de autor en la Galerie Leiris de París, precisa Carrete.
En cuanto a la temática de estos grabados, están presentes los deseos eróticos del pintor (odaliscas, escenas de burdel, bañistas...), así como sus encuentros con maestros como Rembrandt, Rafael, Ingres o Delacroix o temas desarrollados a lo largo de su carrera, como la celestina, el circo o los caballos.