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La biblioteca de Unamuno descubre ejemplares históricos

La biblioteca de Unamuno descubre ejemplares históricos

La conclusión del trabajo de catalogación de la biblioteca donada por el pensador, y rector en su día de la Universidad de Salamanca (USAL), Miguel de Unamuno, a la institución académica salmantina ha descubierto valiosos libros que figuraban en este fondo, algunos de ellos publicados antes de 1830.


La tarea, realizada por el especialista en fondo antiguo Óscar Lilao, ha abarcado la descripción de una serie de libros que estaban pendientes de catalogación, algunos de gran antigüedad y escritos en lenguas clásicas o en euskera, entre otras, según han explicado fuentes de la USAL.


Algunos de los libros de Miguel de Unamuno (Bilbao, 1864-Salamanca 1936) presentan huellas inequívocas de haber pertenecido a su biblioteca personal y de haber sido consultados y leídos.


Entre estos elementos destaca, según ha aseverado el director del Servicio de Archivos de la USAL, Miguel Ángel Jaramillo, una etiqueta en piel roja adherida a la cubierta anterior de las encuadernaciones con el texto "M. de Unamuno".


Además, en las portadas puede aparecer un sello de tinta con el texto: "Miguel de Unamuno BILBAO" y es frecuente encontrar en las portadas su firma. Entre las ediciones antiguas de la biblioteca del exrector destacan aquellas publicadas antes de 1830.


Tesoros centenarios


De este modo, en el ámbito de los clásicos del pensamiento occidental, se ha hallado el tratado para la filosofía de las ciencias de Francis Bacon, Novum organum scientiarum, edición de 1779 de la que sólo se conocen otros tres ejemplares en bibliotecas universitarias españolas.


También hay cuatro volúmenes de los ocho que formaban la edición de las obras completas de Juan Luis Vives.


Entre el fondo antiguo custodiado en la Casa Museo Unamuno, sobresalen por número las ediciones de clásicos de la literatura griego y romana, que cuenta con ediciones españolas de finales del siglo XVIII de Salustio, Terencio o Curcio Rufo.


No obstante, en palabras de Jaramillo, quizá lo más llamativo sean los ejemplares en ediciones de bolsillo de una colección de clásicos que se publicaron en París en las prensas de Joseph Gérard Barbou en la segunda mitad del mismo siglo, conservados en una elegante encuadernación y que incluye textos de Horacio, Tito Livio, Lucano, Lucrecia y Nepote.


Finalmente, el director del Servicio de Archivos ha revelado que alguno de los libros habían pertenecido anteriormente a la familia del escritor, como el Catecismo histórico, de Claude Fleury, de 1825, en el que puede leerse la nota de un antepasado: "Este libro es de Jose Antº de Jugo a 11 de abril de 1828".


Compartir | Recomendar Noticia | Fuente: EFE | Fecha: 15/03/2012 | Ver todas las noticias



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