El arte digital no nació huérfano
No todos somos nativos digitales. Excluyendo las nuevas generaciones, la mayoría de los que utilizamos herramientas digitales somos, o por lo menos estamos, bajo la influencia de lo analógico, náufragos de una tecnología que está rápidamente desapareciendo suplantada por la digital.
Con esta premisa arranca "Ser digital: Manual de supervivencia para conversos a la cultura electrónica", el último libro de José Ramón Alcalá, catedrático de Procedimientos Gráficos de Expresión y Tecnologías de la Imagen en la Facultad de Bellas Artes de Cuenca (Universidad de Castilla-La Mancha) y también artista, involucrado en una escena creativa cuyo desarrollo ha vivido siempre en primera persona.
A parte la premisa, el libro, editado por el Departamento de Artes Visuales de la Universidad de Santiago de Chile, es una suerte de balance objetivo y a la vez una reflexión sobre el desarrollo de la producción artística digital en relación al arte contemporáneo y su deuda con el arte electrónico. Una deuda que el mundo del arte sigue acumulando por no haber todavía implementado una política museográfica, que tenga en la justa consideración la producción artística más pionera de los últimos 30 años.
Según el volumen, disponible gratuitamente en formato PDF, el arte digital no nació huérfano. El problema es que siguen quedándose en el limbo de la historiografía algunas etapas fundamentales, como los primeros acercamientos del artista a la máquina y el cambio que impulsó los creadores a dejar de pensar en objetos y obras acabadas, para empezar a razonar en términos de procesos y obras abiertas.
Quizás esta situación se deba al miedo, la desinformación y la desconfianza, que pueden generar obras que conllevan problemáticas de mantenimiento y conservación completamente distintas a las conocidas hasta ahora. Por otra parte, según Alcalá, es posible que la situación derive del error de aproximarse a la práctica de una cultura emergente con una mentalidad y actitud propias de una cultura precedente. Lo cierto es que Alcalá tuvo que desplazarse al “nuevo mundo”, para finalmente descubrir en Chile el entorno abierto, receptivo e idóneo, para que el proyecto tomara forma y el libro se pudiera convertir en una realidad.
Según el artista y profesor, el arte es como un río que fluye entre dos orillas: la orilla de las disciplinas y artistas tradicionales (que él define “románticos”) y la del verdadero arte contemporáneo, el arte digital, que está en Internet y cuyos protagonistas son artistas muchos más preocupados por establecer redes y procesos, que por crear objetos tangibles, sean pinturas, esculturas o instalaciones. “Vivimos un nuevo renacimiento que tiene que ser transmitido y divulgado”, asegura el autor.
Pensador y artista multidisciplinar José Ramón Alcalá trabaja desde la década de 1980 en el campo de los nuevos medios aplicados a la creación. Como artista, en 1983 fundó el equipo Alcalacanales, junto a Fernando Ñ. Canales y desde su creación en 1989 es Director del Museo Internacional de Electrografía - Centro de Innovación en Arte y Nuevas Tecnologías (MIDECIANT) de Cuenca, un proyecto prácticamente a coste cero, “que se nutre de pasión y creatividad”. Entre otros proyectos, es creador y director de los Premios de Arte Digital LÚMEN_EX, que concede la Universidad de Extremadura.
Además de "Ser Digital", José Ramón Alcalá ha publicado recientemente en España "La piel de la imagen: Ensayos sobre gráfica en la cultura digital", que inaugura una nueva colección de la editorial valenciana Sendemá, titulada "Arte y Reflexión". La editorial Sendemá acaba de presentar la revista "Deforma", un comprometido proyecto editorial centrado en las prácticas artísticas contemporáneas y la Media Culture. El tercer numero de "Deforma", que se publica en dos idiomas: español y portugués, incluye textos de Alcalá y otros teóricos del media art como Juan Martín Prada, Lev Manovich, Bo Bergström y Francisco Felip, entre otros.
