Rosemarie Trockel, un mundo diferente
El Museo Reina Sofía (Madrid) abre al público este miércoles, 23 de mayo, una muestra dedicada a la artista alemana Rosemarie Trockel (Schwerte, 1952).
El Museo Reina Sofía (Madrid) abre al público este miércoles, 23 de mayo, una muestra dedicada a la artista alemana Rosemarie Trockel (Schwerte, 1952). Por primera vez en su larga trayectoria, sus obras –muchas de las cuales se presentan por primera vez– se muestran junto a un conjunto de piezas de autores, épocas, técnicas y temáticas muy heterogéneas, que dan cuenta de su ideario.
Por ejemplo, dibujos de plantas tropicales y láminas de ornitología de los siglos XVIII y XIX pueden verse junto a un corto de animación protagonizado por escarabajos y obras de artistas marginales del siglo XX. De esta forma, la exposición contribuye al conocimiento y compresión del "cosmos" de la autora.
Rosemarie Trockel irrumpió en la escena artística alemana, dominada por figuras masculinas, en los 70. Su obra explora formas y materiales de trabajo diversos eludiendo encasillarse estilísticamente. Sus creaciones cuestionan las categorías legitimadoras del arte, el orden social, las identidades de género; explorando constantes como las concepciones opuestas del feminismo, la metamorfosis del sujeto, la interrelación entre humanos y animales y el impacto medioambiental de nuestra especie, los fenómenos de la moda, la celebridad, la belleza y los íconos sociales, el cuerpo o la construcción social del sujeto.
Kosmos titula Alexander von Humboldt (1769-1859) su libro sobre el descubrimiento de América. Al atribuir Humboldt el mérito del descubrimiento a Colón, se fundamenta en el argumento del progreso, como resultado del conocimiento acumulado. La artista, admiradora de la independencia y lo intrépido de sus estudios, sitúa la figura de Humboldt junto a otros autores que considera espíritus afines.
En esta muestra, Trockel presta atención a artistas poco reconocidos, por empatía con la franqueza e inventiva con que estos abordan cuestiones compartidas por ella misma. Ya sea en otro campo disciplinar, o por causas autónomas, estos inconformistas aportan modelos de dedicación desinteresada a vocacional. Artistas autodidactas como James Castle, Judith Scott, Morton Bartlett y Manuel Montalvo, quienes trabajaban casi en el anonimato. Solitarios que trabajaban materiales humildes con máxima economía de medios y comprometidos con la búsqueda de una visión singular.
Otros artefactos mostrados en esta exposición provienen del ámbito de la historia natural, como las acuarelas de María Sibylla Merian (1647-1717) sobre ciclos metamórficos entomológicos o trabajos del botánico español José Celestino Mutis (1732-1808), cuyos estudios nunca publicados convenientemente postergan su reconocimiento. A finales del siglo XIX, la familia Blaschka desarrolla fieles réplicas en cristal, de flora e invertebrados marinos que servían de modelo de investigación a naturalistas aficionados y profesionales. Hoy todos estos personajes son, si cabe, más valorados por sus cualidades estéticas y por la curiosidad que despierta su obra que por su desempeño en diversos campos científicos. Rosemarie Trockel se sirve de todos ellos considerándolos ejemplares e inspiradores de su trabajo.