Comienza la construcción del Centro Botín
El espacio de arte y educación diseñado por Renzo Piano es para Emilio Botín «nuestro poyecto más ambicioso hasta la fecha»
En medio de las turbulencias de los mercados hoy se ha puesto en marcha un ambicioso proyecto cultural, el Centro Botín, que Emilio Botín y el arquitecto Renzo Piano han presentado esta mañana. Las obras de este museo y auditorio de 7.003 metros cuadrados empezarán mañana mismo y la inauguración del centro tendrá lugar el 1 de junio de 2014, incluido un túnel que soterrará el tráfico de la carretera adyacente.
Con la retirada de la valla que separa el antiguo parking del Ferry del centro de Santander, Botín y Piano han presentado el proyecto definitivo del Centro. Además del túnel de 200 metros que permite doblar la extensión de los actuales Jardines de Pereda y abre al disfrute urbano una zona hasta ahora inaccesible, el proyecto une el centro de Santander con el mar.
El arquitecto italiano ha mejorado su diseño inicial, redondeando las formas del edificio, un conjunto de dos volúmenes de cristal y cerámica blanca que «vuela» a cuatro metros del suelo para no ocultar la vista de la bahía. El coste final del proyecto se estima en 77 millones de euros, una cifra récord de inversión en una infraestructura cultural.
Según un estudio realizado por Deloitte, la construcción del Centro generará 1.400 empleos durante dos años, de ellos 900 en Cantabria. Atraerá 200.000 visitantes al año y su actividad contribuirá anualmente al mantenimiento de 650 puestos de trabajo. El presupuesto anual para su funcionamiento está calculado en 12,5 millones de euros, una cifra que revela la apreciable ambición del proyecto en estos tiempos de austeridad.
Según ha expresado Emilio Botín, este es el proyecto más importante de la Fundación que lleva su nombre. Según el presidente del Banco de Santander, es «el proyecto más social, más global y más local que hemos realizado» porque, además de un centro de arte bajo el sabio criterio del ex director de la Tate Modern, Vicente Todolí, el nuevo equipamiento será también un centro educativo muy implicado con la sociedad y la ciudadanía de Santander.
Por su parte, Renzo Piano explicó brevemente cuáles son las claves de su obra. Dijo sentirse ya un santanderino más, sobre todo después de «dos años de diálogo y discusión constante, porque esta profesión es la más discutible, debido a que los errores que pueda cometer un arquitecto quedan para siempre, así que hay que aceptar con humildad ese proceso de diálogo».
Piano centró en el encuentro de la ciudad con la bahía y en la búsqueda de la la luz los ejes de su trabajo, un edificio en dos volúmenes con una parte volante sobre el mar y que ha visto redondeadas sus formas octogonales previas para permitir que la luz -«que es la magia de Santander»- y el reflejo del agua puedan inundar los espacios expositivos y también el espacio público de la plaza.
Un espacio público que alcanzará los 44.000 metros cuadrados sumando los jardines, en lugar de los 20.000 actuales, y se pone a disposición de los ciudadanos para disfrutar de la bahía, para el primer concierto inaugural que tendrá lugar mañana, o también, como ocurrió con unas decenas de personas durante la presentación, para expresar democráticamente su desacuerdo con la ubicación elegida para el Centro.
Ahí, a ras de suelo, el edificio apenas ocupa espacio y se alza como una nave espacial desde los 4 a los 22 metros, en perfecta armonía con la cota de las copas de los árboles. Su textura exterior la definen 360.000 placas de cerámica blanca que al llegar a la cubierta se abren para iluminar las salas y que reflejarán, incluso en los días nubosos, la luz y su reflejo en el mar.