Crowdfunding: el mecenazgo del mundo nuevo
Adolfo Moreno (Madrid, 1984) es un emprendedor, en el sentido más puro del término. Tras escribir su primera novela, 'La mirada. Un viaje al corazón marroquí', ahora la publicará bajo una licencia libre y huyendo del \"mundo viejo\" de las editoriales. Para ello se sirve del crowdfunding, un método de financiación en auge basado en las aportaciones económicas directas de los futuros consumidores del producto.
¿Qué es y cómo funciona el crowdfunding?
El crowdfunding es una herramienta que permite aunar a creadores para que el ciudadano-mecenas pueda financiar el proyecto que más le guste. El creador establece el presupuesto que necesita para sacar adelante su proyecto y el tiempo durante el que recaudará los apoyos económicos. Por ejemplo, por poner un caso sencillo: un grupo de música calcula que necesita 4.000 euros para lanzar un disco. En un plazo de cuarenta días, o los que decida, tiene que recaudar el dinero mediante recompensas (si apoyas con cinco euros puedes descargarte el disco gratuitamente, con diez te dan la descarga y un CD original, con treinta los dos productos anteriores y una entrada para un concierto suyo, por ejemplo). Cada creador elige las recompensas que da. A la gente que apoya no se le quita el dinero de la cuenta hasta que no se ha llegado al cien por cien. Es decir, si pasan los cuarenta días y no se alcanza el objetivo económico que se había fijado, a nadie se le cobra nada y el proyecto no sale. Por eso, claro, con el crowdfunding no nacen todos los proyectos.
Las webs son la plataforma —Goteo, Verkami, Lanzanos...—, el sitio para conectar al mecenas que quiere contribuir con el creador. Hasta hace poco yo pensaba que el crowdfunding servía para reinventar la cultura, pero es que ya no es solo la cultura. El primer ejemplo que hemos visto ha sido una querella popular al ex presidente de Bankia. En poco más de veinticuatro horas se recaudaron 15.000 euros para financiar los gastos del proceso. El crowdfunding nació como vía para sacar adelante productos culturales, pero es un camaleón con el color de piel que la gente quiera.
¿Cuándo oyó hablar de ello por primera vez?
Lo conocí porque un amigo me habló de Lanzanos, me comentó que era una plataforma interesante. Como caso práctico lo conocí con el grupo de música Canteca de Macao, que lo utilizaron una vez ya habían publicado bastantes discos con éxito y estaban cansados de tener que asumir las condiciones que les ponía la discográfica. Algo parecido me pasaba a mí con el libro. Antes de ir a buscar una editorial, o participar en un concurso literario, que me pusiera unas condiciones en las que queda claro que el producto es prácticamente suyo y no puedo decidir nada, me informé sobre esta alternativa. No son solo los derechos, también es el hecho de que no te dejen hacer las cosas como tú quieres. Yo quería hacer un libro que tuviera una licencia abierta, que pudiera descargarse para e-book gratuitamente en Internet… son cosas que las editoriales tradicionales no te permiten.
¿Está necesariamente ligado el crowdfunding al copyleft (licencia libre que se contrapone al copyright)?
No, no. A mí nadie me ha obligado a hacer el libro sin copyright. Lo que supongo que no podría haber hecho es publicar la novela con una licencia Creative Commons en una editorial.
Como escritor, ¿cuáles son las principales ventajas que le aporta el crowdfunding?
La primera es la autonomía, el poder elegir en un mundo tan cambiante qué crees que es lo que va a funcionar. La industria cultural en gran parte es anacrónica y no se ha adaptado a las nuevas formas de comunicarse que tiene la gente. La segunda gran ventaja es que tienes una relación directa con el lector. Es el que sigue el proyecto desde el principio, el que va viendo los pasos, el que ve que ese libro es una realidad porque él lo ha apoyado… Y, bueno, otra ventaja es que me sirve para saber cuántos ejemplares tengo que imprimir. En mi caso, al que ayude con catorce euros le llega a su domicilio una novela en papel, dedicada. A partir del 2 de julio, la gente podrá seguir colaborando, ya no en Lanzanos, sino a través de mi página web (lamirada.cc), donde se podrá comprar la novela y descargar gratuitamente el audiolibro o el archivo digital para el e-book. Luego será el lector, una vez se lo haya leído, el que, si quiere, pueda aportar algo económicamente para que el autor siga escribiendo.
Parece que la cuestión es un poco 'escaparse' de la gran industria cultural…
Sí, pero no es tanto escaparse, porque ellos tampoco te ponen una soga al cuello. Antes a lo mejor sí que no se podía hacer de otra forma y tenías que adaptarte a un contrato extemporáneo y abusivo. Ahora con esta herramienta puedes ser absolutamente autónomo y decidir cómo quieres que sea el proyecto editorial. Hernán Casciari, que me gusta mucho, tiene un post maravilloso que se llama 'Para ti, Lucía': habla de Lucía Etxebarría y su cabreo con la piratería porque le quitaba lectores. Casciari defiende que hay dos mundos: el mundo viejo y el mundo nuevo. El mundo viejo son estas grandes industrias editoriales con las que no merece la pena pelearse, sino que es mejor gastar esa energía en crear cosas nuevas y crearlas de otra manera. Reinventar.
En su caso, si yo colaboro con catorce euros comprando un libro, ¿cuánto va para usted?
Depende totalmente de la tirada. La imprenta me hace un presupuesto dependiendo de si imprimo cien, trescientos o quinientos ejemplares. Luego aparte hay que pagar a Correos, los impuestos de autónomo, los ISBN... He intentado ajustar los precios para el lector porque mi objetivo principal no es ganar dinero, sino que la gente lea la historia que he querido contar. Lo que más ilusión me hará será que una persona se emocione con el libro, que sienta y que disfrute.
El negocio está en el libro de papel, del que me llevaré aproximadamente un 30 por ciento. También dependerá de que la persona que se descargue el libro gratis en la web y lo lea, si le ha gustado la narración, apoye económicamente. Igualmente en que la comparta y la recomiende a través de las redes sociales, que están siendo mi herramienta básica para la difusión. Yo quiero vivir de lo que la gente valore mi trabajo. Si el libro fuera una basura, que creo sinceramente que no lo es, obviamente no puedo siquiera aspirar a vivir de escribir. Pero si la historia es buena, como yo confío, dependes de que la gente valore tu trabajo.
La historia ha sido cosa suya, pero editar un libro también requiere una corrección, maquetación, diseño… ¿cómo lo ha hecho?
Eso es muy importante. Quería huir del hecho de que porque un libro no haya pasado por una editorial pueda parecer demasiado amateur. Ha corregido el libro una correctora que ha trabajado de eso muchos años y, ahora, como le ocurre a mucha gente, no puede hacer lo que le apasiona y tiene que trabajar en una empresa de seguros. Luego hay un chico bereber que me ha asesorado culturalmente, un amigo ha diseñado la portada, otro ha hecho la web, otro el booktrailer…
De momento ha tenido suerte. En una semana recaudó el cien por cien de apoyos necesarios para sacar adelante el proyecto.
Sí. Yo pedía 2.000 euros para sacar una tirada de trescientos ejemplares. Ahora lo que quiero, como todo autor, es conseguir que vean la luz el mayor número posible de ellos. Estaré mucho más contento si imprimo quinientos que trescientos. He llegado al objetivo pero aún no se han acabado los cuarenta días. Sé que es difícil que alguien se compre un libro que no le ha recomendado un amigo o que es de un autor al que no conoce, pero yo le invito a que vea el tráiler, lea la sinopsis y, si disfruta viajando y le gusta Marruecos, lo compre. Es un libro que pretende que durante unos minutos al día el lector pueda reflexionar sobre aspectos de la vida que siguen siendo valores de los que se habla en el día a día, por ejemplo, de las montañas del Atlas, pero que aquí apenas tenemos tiempo para recapacitar sobre ellos, preocupados como estamos por otras cosas que, obviamente, son para estarlo.
Y una vez se cumplan los cuarenta días, ¿qué?
La idea es antes de agosto enviar los libros a los lectores que lo hayan apoyado y, siendo optimista, que esos lectores lo lean durante el verano y, si les va gustando, que sean ellos los que se lo recomienden a amigos y amigas.
Antes del crowdfunding, empezó la novela hace dos años. ¿Cómo han sido?
Como vivo en Móstoles y trabajaba en Tres Cantos, y en coche no me iba a ir porque la gasolina eran diez euros diarios, viajaba en tren. Todos los días tenía más de dos horas para leer y me picó el gusanillo. Un día, leyendo 'Ébano' [de Ryszard Kapuscinski], cansado como estaba de una jefa desquiciante y de no sentirme realizado profesionalmente, me dije: ¿y si escribo un libro? Luego, en un viaje a Marruecos vi que era el sitio idóneo para ambientarlo. Estoy seducido por África y tenía claro que tenía que suceder en un país africano. Marruecos enamora nada más llegar, y además es cercano, lo que me permitía ir con frecuencia. En enero de 2011 Telecinco compró Cuatro y prepararon un ERE. A mí no me iba a afectar porque pertenecía al departamento web, que era el que menos cobraba de toda la empresa, pero me acogí a unas bajas voluntarias y me quedé en el paro. Fue un año muy bonito, escribiendo en casa mañana y tarde e ideando la historia más atractiva que podía.
'La mirada' es la historia de un adolescente marroquí. ¿Se inspira en alguien que haya conocido en alguno de esos viajes?
La trama es ficción. Sí que hay personajes que, lógicamente, están inspirados en personas que he conocido en Marruecos. Soy periodista y he escrito una novela que pudiera ser real. Las miradas humildes de la gente, la aldea del Atlas donde se desarrolla la mitad de la historia, las ciudades de playa creo que son así, como los he descrito. También hay referencias a sucesos políticos y económicos que acaecieron en los años que dura la trama, de 2000 a 2009. En esos nueve años vemos cómo el protagonista evoluciona e intenta pasar página, pero solo a través del reto de conocer la verdad del desvelo con el que se inicia el texto. La vida de un joven marroquí puede ser muy jodida, he intentado que el libro refleje esas dificultades.
¿Qué ha sido lo más 'ilusionante' del proyecto?
Está siendo ver a mis amigos y amigas sintiéndolo como propio, alentándolo desde el principio, compartiéndolo en las redes sociales con sus conocidos... Y me conforta que lo estén viviendo así: porque ellos han hecho que nazca.
Es periodista. Parece que tenemos el futuro bastante negro, no sé de qué color lo verá usted. ¿Descarta el periodismo para centrarse en escribir?
Tajantemente no. Escribí el libro buscando algo que me hiciera sentirme bien profesionalmente porque trabajando en televisión no era feliz. Sin embargo, estoy radicalmente en contra del discurso agorero de que el periodismo se acaba. Lo que se va a acabar, porque se está viendo con los ERE todos los días, y con menos periodistas bajará la calidad del medio, es el periodismo de los grandes medios. Creo que, poco a poco, la ciudadanía va a saber que la información está en otros canales. Confío mucho en proyectos muy profesionales que están surgiendo y que necesitan ir consolidándose. Ahora, con la red, hay un paradigma nuevo para todo, especialmente para el mundo del periodismo: Sabes que si tienes una historia realmente buena que contar, la gente la va a poder leer, antes en cambio necesitabas que un redactor jefe decidiera que era buena. Estoy ilusionado con el futuro del periodismo, al igual que con el futuro de la sociedad, aunque suene un poco a locura decirlo hoy. De las instituciones actuales, que se mueven engrasadas con avaricia y amiguismos, no funciona casi ninguna, y esto lo vemos prácticamente todos. Entonces habrá que ir transformándolas, ¿no? Hay que educarnos a nosotros mismos y a los que nos rodean basándonos en otros valores. No será mañana, pero cuando cambien esos valores, saldremos de ésta y para mejor.
Si quiere apoyar el lanzamiento de 'La mirada. Un viaje al corazón marroquí' http://www.lanzanos.com/proyectos/la-mirada/