El 'ivazo' hace temblar los cimientos de la industria cultural
La industria cultural española sufre un nuevo mazazo. En esta ocasión, de la mano de una subida de 13 puntos (del 8 al 21%, lo que equivale a un 162% de incremento) del tipo del impuesto del valor añadido (IVA) que grava el cine, la adquisición de obras de arte, el teatro, la danza, el circo, los festivales musicales y los conciertos.
Además, el tipo de los servicios prestados por artistas como personas físicas pasará del 8 al 21%. El BOE recoge también que el IVA de "la entrada a bibliotecas, archivos y centros de documentación, museos, galerías de arte y pinacotecas" pasa del 8 al 10%.
Después de años de caída en los ingresos fruto de la crisis y del impacto de la piratería, los profesionales del sector se temen que el nuevo "ivazo" provoque un descenso aún más acelerado del consumo cultural (libros, periódicos y revistas en papel se salvan, ya que su IVA se mantiene en el 4%, el denominado superreducido, mientras que sus homónimos digitales pasan a tributar del 18 al 21%).
La decisión, que no detalló el presidente Rajoy en el Congreso y que entrará en vigor en septiembre, pilló por sorpresa a todos los sectores implicados. Enrique González Macho, presidente de la Academia de Cine y productor, distribuidor y exhibidor, considera que esta subida del IVA está "absolutamente fuera de lugar. Este sector morirá. Los exhibidores no podemos asumir esta subida, pero tampoco podemos repercutir en los espectadores este posible aumento del precio". De la misma opinión es Pedro Pérez, presidente de la Federación de Asociaciones de Productores Audiovisuales (FAPAE), para el que la "medida que ha aprobado el Gobierno supone el entierro del cine".
Para Juan Ramón Gómez Fabra, presidente de la Federación de Empresarios de Cine de España (FECE), "este salto, del 8% al 21%, supone cerrar el sector. Es imposible de asumir. Si los precios suben cerrarán el 70% de las salas al día siguiente, no habrá nadie que vaya al cine". En el sector de la música, el símil más usado seguía siendo "mortuorio". "Es el último clavo en el ataúd de la música grabada", aseguraba Antonio Guisasola, presidente de la asociación de productores discográficos Promusicae. "No nos dejan ni margen para el testamento", afirmaba Emilio Santamaría, presidente de Arte (Asociación de Representantes Técnicos del Espectáculo). El impuesto llega hasta el 21%, por lo que en el caso de los conciertos sube 13 puntos. El aumento para los discos es de tres puntos, ya que la música grabada ya tenía el IVA al 18%.
"Va a hundir todo", afirmó el presidente de la Asociación de Promotores Musicales de España (APM), Pascual Egea, quien ha alertado de "la cantidad de gente que va a ir a la calle y de promotores que van a desaparecer". La Federación Estatal de Asociaciones y Empresas de Teatro y Danza (FAETEDA) mostró su más "absoluta indignación" con la subida, una decisión "de extrema gravedad" que provocará un alejamiento de los ciudadanos de las salas, una disminución de la producción teatral y el cierre de salas privadas.
Por su parte, el ministro de Educación, Cultura y Deporte, José Ignacio Wert, ha reconocido que la "subida de impuesto en este tipo de cosas no es un elemento positivo", pero que "se ha hecho porque se tenía que hacer". "La situación de caída de los ingresos ha llevado a eso", ha explicado el ministro. "Ahora, yo tengo toda la confianza en que las industrias culturales y creativas afectadas por este cambio en la tributación van a saber combinar de la forma más inteligente y más beneficiosa para la cultura española la posibilidad de absorber una parte de la subida del impuesto".