La Maleta mexicana: una guerra en imágenes
El Círculo de Bellas Artes de Madrid exhibe desde hoy el legado extraviado de Robert Capa, Gerda Taro y David Seymour: una selección de setenta fotografías de las 4.500 sobre la Guerra Civil española que contenía la valija.
Aunque son en realidad tres ajadas cajas de cartón, han dado tantas vueltas hasta que fueron por fin halladas y aún después, en varias exposiciones, que no resulta extraño que al legado fotográfico extraviado de Robert Capa, Gerda Taro y David Seymour se le conozca como la “Maleta mexicana”, en referencia al lugar en que fue recuperado.
Contiene 126 rollos de película, casi 4.500 instantáneas de la Guerra Civil española. Setenta se exhiben ahora a -tras haberlo hecho ya en Londres, Barcelona y Bilbao- en el Círculo de Bellas Artes de Madrid, desde hoy y hasta el 30 de septiembre, como una de las citas imprescindibles de esta edición del Festival PHotoEspaña.
Los tres fotógrafos, inmigrantes judíos de Hungría, Alemania y Polonia, viajaron por una España doliente, cercada por el fascismo, que la convirtió en campo de pruebas de la Segunda Guerra Mundial, con ataques directos a la población civil, que ostentan el dudoso honor de ser los primeros de la historia, pero también en lo que atañe a la cobertura periodística de un conflicto.
Con reporteros llegados de todas partes del globo, algunas plumas tan excelsas como Hemingway o Dos Passos, fue la primera guerra contada casi a tiempo real. No es osado decir que Robert Capa (1913-1954) fue el más famoso de los reporteros gráficos de guerra del siglo XX.
Célebre es su fotografía La muerte del miliciano en Cerro Murriano (Córdoba) que abrió los ojos al mundo sobre lo que estaba ocurriendo en España, aunque otra cosa fuera que las grandes potencias decidieran mirar a otro lado.
Osado, atractivo, genial, comprometido contra el fascismo… Proporciona la medida de su leyenda una frase lapidaria: ”Si tus fotos no son lo suficientemente buenas es que no estás lo suficientemente cerca“.
Tan cerca como para dejarse la vida en el intento. Fue lo que ocurrió a Gerda Taro, el 25 de julio de 1937, arrollada por un tanque durante la retirada del ejército republicano en la batalla de Brunete. Montada sobre el estribo de un coche que transportaba algunos soldados heridos, el ataque de la aviación fascista la hizo caer del vehículo, bajo las ruedas de un carro de combate. En pocos días, habría cumplido 27 años.
Capa y Taro eran pareja en lo personal y lo profesional. El húngaro Andre Friedman y la alemana Gerda Pohorylle, sus nombres auténticos, se conocieron en París en septiembre de 1934. El ascenso de Hitler les había obligado a dejar Alemania.
Él la inició en la fotografía; ella concibió el cambio de identidad y la creación del copyright Photo Capa, bajo el que ambos publicaban y que les permitió redoblar sus ingresos. Para Gerda, sin embargo, fue como tender un manto que difuminara su talento, pues muchas de sus instantáneas serían atribuidas a su compañero.
También en París conocieron a David Seymour, alias Chim (1911- 1956), el tercer autor de las fotografías de la “maleta”. Amigos y colegas, viajaron por la geografía española, capturando con sus cámaras el horror de un país que se desangraba en una lucha fratricida. Publicaron en las principales revistas europeas y americanas que informaban sobre la guerra, con aportaciones frecuentes a las francesas Regards, Ce Soir y Vu, y más tarde a la estadounidense Life.
La “maleta” no guarda una colección íntegra de los reportajes sobre la Guerra Civil de Capa, Taro o Chim, pero sí muchos de los más importantes. La mayoría de las fotografías fueron hechas entre mayo de 1936 y la primavera de 1939.
De Capa hay imágenes de edificios destruidos en Madrid, de las batallas de Teruel y del Segre y de la movilización para la defensa de Barcelona en enero de 1939, sin olvidar las del multitudinario éxodo de Tarragona a Barcelona y la frontera francesa, además de varios rollos de sus reportajes sobre los campos de refugiados españoles en Argelès-sur-Mer y Barcarès (marzo de 1939).
De Taro contiene sus fotografías de la instrucción del nuevo Ejército Popular en Valencia, del puerto de Navacerrada, en el frente de Segovia, y las últimas que hizo de la batalla de Brunete, antes de morir.
De Chim, su conocida imagen de una mujer amamantando a un bebé durante una reunión sobre la reforma agraria, tomada en Extremadura en mayo de 1936, así como sus reportajes sobre el País Vasco y la batalla de Oviedo, además de retratos como el de Dolores Ibárruri, La Pasionaria.
De todo ello da muestra la exposición del Círculo de Bellas Artes, que incluye también un centenar de hojas de contactos ampliados de algunas series completas, dos audiovisuales, material documental (publicaciones periódicas de la época, telegramas, carnets de prensa…) y algunas de las fotografías tomadas en París por Fred Stein (1909- 1979) - entre ellas la famosa de Taro escribiendo a máquina y la de ella y Capa en un café parisino- que no se sabe muy muy bien cómo es que se hallaban en la “maleta”.
“En 1940 –escribía en 1979 Cornell Capa, fundador del International Centre of Photography (ICP) de Nueva York -, ante el avance del ejército alemán, mi hermano le dio a un amigo suyo una maleta llena de documentos y negativos. De camino a Marsella, el amigo confió la maleta a un veterano de la Guerra Civil española, para que la escondiese en el sótano de un consulado latinoamericano. Aquí termina la historia. Todos los intentos de encontrar la maleta han sido en vano. Naturalmente, puede producirse un milagro. Si alguien tiene información sobre la maleta, que se ponga en contacto conmigo y tendrá de antemano mi infinita gratitud.”
Se desconoce en qué momento llegaron a manos del general Francisco Aguilar González, el embajador mexicano ante el gobierno de Vichy en 1941–1942, pero, en 1995, fueron descubiertos entre sus efectos por el director de cine mexicano Benjamin Tarver, que los había heredado a la muerte de su tía, amiga del general.
El milagro que esperaba el hermano del fotógrafo se había cumplido. El ICP, que conserva el legado de Robert Capa y Gerda Taro, recuperó la “maleta” en 2007 , permitiendo así que pueda ser estudiado el legado de estos tres fotógrafos, precursores del fotoperiodismo moderno.