Jackson Pollock, el pintor convertido en pincel
Jackson Pollock marcó un hito en la Historia del Arte y definió un nuevo escalón que separó aún más, y justo en la mitad del siglo XX, en los cincuenta y sesenta, la concepción convencional de la pintura respecto de la más transgresora, la que ya apuntaron los abstractos y surrealistas, entre ellos el catalán Joan Miró. Por eso la Fundació Miró de Barcelona inaugura este miércoles ¡Explosión!, una ambiciosa exposición que explica de forma meticulosa y amena este profundo legado de Jackson Pollock en el arte, una huella que nos lleva hasta el street art (arte callejero) y las performances de hoy.
El pintor norteamericano (1912-1956), muerto prematuramente a los 44 años víctima de un accidente de tráfico, fue el padre de un nuevo concepto de arte en el que el impulso y el azar sustituyeron al pincel, y donde el cuadro era más un objeto de destrucción que de construcción. Buena muestra de ello da el vídeo en blanco y negro incluido en ¡Explosión!, en el que el artista construye una de sus piezas pintando con los pies y sirviéndose de sus zapatos.
El creador alumbró el action painting o pintura de acción de una manera insegura y casi casual, cuando en 1947 pintó chorreando y goteando la pintura y preguntó a los amigos que le acompañaban "si les parecía que aquello era un cuadro". Lo explica el comisario de la muestra, el sueco Magnus af Petersens. El miembro del Moderna Museet de Estocolmo (Suecia), entidad organizadora de la exposición (y que la acogió el pasado verano), se refiere a Pollock no como un pintor, sino más bien como "alguien que quiere bailar y persigue los movimientos del pintor en plena acción".
Pero ¡Explosión! reúne también, hasta el 24 de febrero de 2013, casi 70 obras —pinturas, esculturas, vídeos, danza, audios y performances— de otros 34 artistas que bebieron directamente de las fuentes de Pollock. Entre estos discípulos se encuentran Andy Warhol con su obra Oxidation Painting, Yoko Ono, Yves Klein, Lynda Benglis, Saburo Murakami del grupo Gutai, Bruce Nauman y John Baldessari, entre otros. Todos ellos se emplearon a fondo en rasgar, romper, pisar, quemar u oxidar sus creaciones.
Justo al entrar en las salas de exposiciones, llama la atención una acumulación de neumáticos obra del escritor y artista Allan Kaprow, autor del reconocido ensayo El legado de Jackson Pollock (1956) e inventor, a su vez, de la palabra happening (invitación al público a participar de la obra), que tanto definió posteriormente a Warhol. Otra huella más de cómo el arte deja su huella rodando y siempre en movimiento.
5 preguntas a Magnus af Petersens, comisario de la exposición '¡Explosión!'
1. ¿La pintura de acción de Pollock tuvo que ver con la ruptura que supuso la Segunda Guerra Mundial?
Sí, porque con los horrores del holocausto o la bomba atómica él optó por empezar de cero, agredir la pintura y romper con las condiciones artísticas dominantes creando otras completamente nuevas.
2. ¿Se le puede considerar surrealista?
Por supuesto. Él estaba interesado en la pintura automática e inconsciente y eso es surrealismo.
3. ¿Cómo atraer a los artistas jóvenes a esta exposición?
Sobre todo diciéndoles que aquí encontrarán el eco de lo que hacen ellos actualmente.
4. ¿La gran audiencia conoce suficiente a Pollock?
Está reconocido. Lo que muchos no saben es cómo influyó en tantos otros artistas que no pintaban como él. Les abrió una puerta que todavía sigue abierta.
5. El músico y compositor John Cage, ¿por qué es tan importante para Pollock?
Le aportó una actitud más observadora y el hecho de plantearse la pintura como una partitura.