Santillana del Mar tiene un Museo de la Tortura
El Museo de la Inquisición de Santillana del Mar (Cantabria), también conocido como Museo de la Tortura, es un establecimiento que muestra instrumentos de tortura utilizados desde comienzos del siglo XIV hasta finales del siglo XIX cuando el Tribunal del Santo Oficio tenía la potestad para castigar a la población con el fin de preservar la pureza del catolicismo.
En el conjunto, que abarca unos 50 instrumentos, hay objetos originales, adquiridos a anticuarios, así como varias reconstrucciones a partir de piezas o fragmentos de los originales.
Se puede ver un verdugo con un hacha, que conserva la hoja italiana original del siglo XVII con la que se cercenaban la cabeza o los miembros.
También hay jaulas colgantes de hierro del siglo XVIII y de madera, restauradas en 1982, en las que se encerraba a los reos; una reconstrucción de un potro de escalera, el suplicio del suspendido, una guillotina y dos ruedas de despedazar reparadas a partir de elementos auténticos.
En la escalera de acceso a la sala de exposición se han colocado una serie de paneles con imágenes y una copia del sello de la Inquisición española que actuó con diferente intensidad entre 1480 y 1834.
Los objetos del primer piso se distribuyen por una amplia estancia en la que, con una iluminación determinada, se busca reproducir un ambiente tenebroso. Están acompañados de paneles informativos y numerosas reproducciones de ilustraciones y grabados con truculentas imágenes.
EJEMPLARIZANTES O DE TORTURA.
Los objetos, que pertenecen a una colección privada, han sido clasificados en función de su uso. Así, se pueden encontrar secciones como 'Para el castigo ejemplarizante y la humillación pública, 'Para proporcionar castigo físico y la tortura de los reos', 'Instrumentos cuyo fin era la ejecución' y 'Aparatos creados para torturar específicamente a las mujeres'.
Para el primero de los usos se destinaban máscaras inflamables que servían para castigar a aquellos que hubiesen llevado a cabo conductas inapropiadas, o cepos austriacos, que aprisionaba las pies y las manos del reo para impedir que pudiese moverse.
Para castigar a aquellas mujeres que habían quedado embarazadas antes del matrimonio, existía la trenza de paja; condena que consistía en rapar la cabeza de la mujer y obligarla a llevar una trenza de paja en su lugar y permanecer delante de la puerta de las iglesias más importantes de la zona.
El Museo también muestra tenazas originales, que servían para cortar lenguas, o hierros, cuyo uso consistía en marcar la piel del convicto a altas temperaturas. También se muestra la mordaza o 'babero de hierro' y el 'suplicio del agua' por el que se colocaba un embudo a la víctima que le forzaba a engullir todo el líquido que deseara el verdugo.
Dos de las piezas más curiosas, son las conocidas como 'Dama de hierro' y 'Cuna de Judas'. La primera de ellas era una especie de sarcófago con puntas en su interior y la segunda era una pirámide de madera en la que se colgaba al condenado.
En la zona de instrumentos de ejecución se encuentran el garrote, la horca, el rompecráneos o la sierra que cortaba el cuerpo en dos partes, usada sobre todo para castigar a homosexuales.
En la sección de tortura femenina, especialmente condenadas por brujería, adulterio, prostitución u otras causas similares, se encuentran el desgarrador de senos o los cinturones de castidad.
El precio de la entrada corriente cuesta 3,6 euros, y que está abierto de lunes a viernes de 10.00 a 20.30 horas y fines de semana de 10.00 a 21.00 horas.