Sorolla y sus jardines
Una exposición recoge sus últimas pinturas, en las que se aprecia la revelación que supuso para el artista los patios y jardines andaluces y cómo se reflejó en la creación y la recreación del suyo propio.
La exposición «Sorolla. Jardines de luz» abre mañana sus puertas en la que fue su casa, con el jardín que él mismo diseñó, plantó y pintó y que hoy es el Museo Sorolla. Se trata de 56 óleos, de los cuales 24 son de colección particular, muchos de ellos nunca expuestos antes, a los que se añaden dibujos fotografías, cartas y documentos.
El objetivo de la muestra es presentar el proceso de introspección y esencialidad que se produce en sus últimas pinturas de jardines. En ellas desarrollaba una poética del silencio y la intimidad con sorprendentes concomitancias con la sensibilidad simbolista de su tiempo.
«Sorolla. Jardines de luz» refleja la revelación que supuso para el artista Andalucía, sus pequeños rincones desde el rumor del agua de una fuente a los patios bañados por el sol. Su jardín, construido en esos mismos momentos, actuaba entonces como trasmisor y amplificador de esta metamorfosis.
Sedes y apartados
En nuestro país, la muestra se ha repartido en dos sedes: el Museo Sorolla antes citado y el Museo de Bellas Artes de Granada (en la Alhambra). Aquí, se clausuró el pasado 14 de octubre con 142.000 visitantes. En cada una de ellas «Sorolla. Jardines de luz» tiene un matiz distinto: en la ciudad andaluza se ha extendido más sobre las representaciones de la Alhambra, cuyos patios y jardines fueron para Sorolla una revelación.
La exposición se divide en cuatro apartados:
1. Agua: Nacido y criado en Valencia y su huerta, el pintor redescrubre en Andalucía la importancia del agua dentro del patio y el jardín islámico, que experimenta en toda su esencia en La Alhambra.
2. Patio. Es para Sorolla el lugar donde la intimidad se esencializa y se transmuta en geometría cristalina, abierta a la luz y habitada por la multiplicación del color.
3. Jardín. El jardín andaluz está cargado para Sorolla de resonancias afectivas. El escenario de una polifonía sensorial (luz, color, sonido, brisa) que nos seduce para llevarnos a lo más esencial de nosotros mismos.
4. Jardín de la Casa Sorolla. La lección de los patios y jardines andaluces es fundamental para la configuración del jardín del artista». Sorolla dedicará sus últimos años a su creación y recreación, al tiempo que extraerá de él un sinfín de motivos pictóricos.