Exponen esculturas incautadas por los nazis y encontradas por casualidad en Berlín en 2010
Son 16 piezas de altísimo valor artístico que fueron confiscadas como "arte degenerado" por Hitler en 1937.
Las encontraron, severamente dañadas, durante unas obras de ampliación del metro de la capital alemana y ahora se muestran en Munich.
Sólo ha sido recuperado el 5% de las casi 20.000 piezas decomisadas por los nazis, que en público las criticaban, pero en privado las exhibían o vendían.
Reaparecieron por una casualidad casi mágica, dañadas por el tiempo, corroídas y mutiladas. Son 16 esculturas de los artistas alemanes más brillantes de su generación y permanecieron enterradas durante 66 años. Los movimientos de tierra de unas obras de ampliación del metro de Berlín lograron que asomaran de nuevo a la luz en 2010. Ahora, restauradas en la medida de lo posible, se exhiben en Munich.
Se trata de piezas que desde 1937 habían sido retiradas de la vista del público tras la promulgación, en julio de 1937, del decreto de Adolf Hitler que pretendía reprimir hasta la desaparición el Entartete Kunst (arte degenarado), toda aquella forma expresiva moderna que no transmitiese el carácter heroico, puro, obediente y superior que los paranoicos nazis entendían como propio de la raza alemana.
A partir de la disposición ejecutiva del jerarca nazi, desarrollada por la Gesetz über die Einziehung von Erzeugnissen entarteter Kunst (Ley sobre la confiscación de las obras de arte degenerado), de mayo de 1938, el estado podía decidir discrecionalmente qué tipo de piezas artísticas tenían el derecho a ser exhibidas y cuáles podían ser incautadas.
Censurando a los mejores de su tiempo
Bajo la ideológica definición de arte degenerado los nazis situaban a, entre otros, Marc Chagall, Max Beckmann, Otto Dix, George Grosz, Wassily Kandinsky, Paul Klee, Edvard Munch, a cualquier creador cercano a las vanguardias del primer tercio del siglo XX (dadaísmo, cubismo, expresionismo, impresionismo, surrealismo...) y a la música jazz o atonal. Es decir, estaban censurando a los grandes renovadores del lenguaje artístico moderno
Las leyes permitieron la inacutación de 19.500 obras, que fueron confiscadas de museos públicos estatales, regionales y locales y llevadas a destinos secretos. En algunos casos, los prebostes del nacionalsocialismo hacían negocios personales con el arte robado bajo el imperio de la ley, vendiendo a muy buen precio en el extranjero las piezas. En otros, las destruían para dar ejemplo. Se tiene constancia, por ejemplo, de la quema de al menos doce lienzos de Beckmann, Ernst Ludwig Kirchner y Franz Marc.
Llevadas a un almacén de Goebbels
Las 16 bellísimas esculturas de terracota, metal y mármol encontradas en 2010 se salvaron por una cadena de casualidades. En principio formaban parte de la exposición sobre arte degenerado que los nazis organizaron en Munich en 1937 para contraponerla a la Große Deutsche Kunstausstellung (Gran exposición de arte alemán) donde se podían ver a los artistas cercanos al nazismo. Cuando la muestra fue clausurada, las esculturas fueron trasladadas a un almacén que tenía en Berlín el Ministerio de Propaganda de Joseph Goebbels.
El edificio, en el número 50 de la calle Königstrasse, resultó totalmente destruido en 1944 por los incesantes bombardeos aliados sobre la capital alemana durante la fase final de la II Guerra Mundial. De la construcción sólo quedó la estructura y las esculturas quedaron enterradas bajo los escombros. Así permanecieron hasta 2010, durante 66 años.
Un objeto de metal que parecía una escultura
El hallazgo ocurrió en enero de 2010 a partir del movimiento de tierras de las obras para ampliar una de las líneas del metro de la capital alemana. Mientras removían los lugares donde habían estado los sótanos del edificio, los obreros encontraron un objeto de metal que parecía una escultura. Las obras fueron paralizadas cautelarmente en tanto la pieza era analizada en un museo. Resultó ser un busto en bronce de la actriz Anni Mewes, una de las más famosas de su tiempo, realizado por el escultor Edwin Scharff.
Tras el trabajo de meses de un grupo de arqueólogos, en el lugar fueron encontradas otras esculturas de bronce y terracota. Cuando una de éstas fue identificada como la obra Die Schwangere (La madre expectante), de Emy Roeder, uno de los artistas represaliados como degenerados por los nazis, la conexión definitiva quedó clara y los expertos lograron catalogar el resto de las 16 esculturas como parte de las incautaciones de finales de los años treinta.
Las piezas se exponen ahora en la muestra Entartete Kunst, Der Berliner Skulpturefund Von 2010 (Arte degenerado, las esculturas encontradas en Berlín en 2010), en cartel en la Neue Pinakothek de Munich desde hoy hasta el 28 de enero de 2013.
Los restauradores han realizado un gran trabajo y algunas de las esculturas han dejado asomar parte del equilibrio estético original, pero es decepcionante comparar el estado con las fotos originales de las obras, que también son exhibidas junto con otras tomadas tras la aparición entre los escombros.
El Datenbank Entartete Kunst (Banco de datos del arte degenerado) de la Freie Universität de Berlin calcula que sólo el cinco por ciento de las piezas artísticas robadas por los nazis ha sido localizado.