Un crítico de arte artificial
Científicos de la Universidade da Coruña crean un software capaz de dotar de sensibilidad artística a las computadoras.
El gusto por el arte, el saber apreciar si una imagen es bella o no, es una cualidad solo aplicable al ser humano. Hasta ahora. Investigadores de la Universidade da Coruña, en estrecha colaboración con la portuguesa de Coímbra, trabajan desde el 2002 en la creación de un crítico de arte artificial interactivo. Un sistema de software que utiliza las técnicas de redes neuronales de inteligencia artificial (IA) y la computación evolutiva, capaz de percibir pinturas y fotografías, clasificarlas atendiendo a valoraciones puramente estéticas y realizar una evaluación por sí mismo.
«Está basado en las teorías de Darwin. Distintos programas informáticos crean miles de figuras aleatorias que, posteriormente, clasifican automáticamente siguiendo criterios de estética, originalidad y temática. De esta forma surge una nueva generación de imágenes más bonitas, con mejores genes y así sucesivamente», explica Juan Jesús Romero Cardalda, miembro del equipo de investigación. Así, la aplicación aprende de forma socrática, mediante ejemplos y no por instrucciones, toma decisiones por sí misma y evoluciona según los cánones estéticos del momento social.
Este estudio es el paso previo a la construcción de un artista artificial, independiente del ser humano y capaz de engendrar obras pictóricas que resulten atractivas.
Realidad virtual.
El proyecto se realiza en el grupo de bioinformática RNASA-Imedir dirigido por el catedrático de Ciencias de la Computación, Alejandro Pazos Sierra. «Nosotros hicimos el primer congreso de realidad virtual en España, la primera videoconferencia de Galicia y montamos el primer nodo de Internet en A Coruña», cuenta Pazos, y añade: «La IA es un campo muy abierto que está en continua evolución. No hay que ser un genio para obtener resultados. Solo hay que sentarse y trabajar muchas horas».
Una finalidad del crítico de arte interactivo es comercial. Romero y Pazos pretenden desarrollar una aplicación que conozca las preferencias personales de un individuo y le ayude a elegir un coche o un estilo de muebles, entre el amplio abanico de posibilidades que presenta el mercado. Así, el mundo de la publicidad sabrá con más fiabilidad qué campañas o diseños tendrán mayor aceptación.