El Museo Reina Sofía crea una fundación para afrontar su futuro
Quedará constituida el viernes con la presencia de la Reina. Los patronos fundadores son una quincena de relevantes empresarios y coleccionistas de Latinoamérica y Portugal.
Dicen que el modelo actual de museo está agotado, que debe reinventarse. Sea cierto o no, los principales museos del mundo están buscando nuevas e imaginativas fórmulas con las que paliar los duros recortes presupuestarios. El Reina Sofía sufrirá en 2013 un tijeretazo de un 25,5%. Su director, Manuel Borja-Villel, lejos de caer en el victimismo, ha optado por coger el toro por los cuernos. Que tiene sus riesgos, pero desde luego, si no te mata, te hace más fuerte. Se ha paseado por medio mundo tratando de implicar en su proyecto a los mayores coleccionistas del mundo. Es el caso de la colección Sonnabend de Nueva York, que realizó un depósito de siete obras de Claes Oldenburg.
Pero ha dado un paso más allá con la creación de la Fundación Museo Reina Sofía, que será constituida el viernes en una reunión presidida por Doña Sofía. Es una fundación cultural privada de interés general y sin ánimo de lucro, que se inscribe en el Ministerio de Educación, Cultura y Deporte.
Entre sus objetivos, difundir la colección del museo en el extranjero y apoyarlo en sus actividades: exposiciones, compras, préstamos, donaciones, publicaciones, seminarios, proyectos de investigación... Cambia el concepto: no se entiende el museo como una mera acumulación de obras, sino como intercambio de conocimiento, circulación de ideas.
Acuerdo de colaboración.
Lleva años dándole vueltas al proyecto. Ha contado con la complicidad de Patricia Phelps de Cisneros, una de las coleccionistas y mecenas más influyentes del mundo. El museo y la Fundación Cisneros/Colección Patricia Phelps de Cisneros firmaron en 2011 un acuerdo de colaboración para abordar juntos proyectos culturales durante cinco años. En marzo se celebró un simposio internacional sobre arte latinoamericano. En enero de 2013, y durante más de seis meses, el Reina Sofía acogerá una ambiciosa exposición centrada en el arte abstracto latinoamericano de los años 40-70. El acuerdo culminará con el depósito, en régimen de préstamo en comodato, de importantes obras de la colección Patricia Phelps de Cisneros.
Desde la llegada de Borja-Villel al museo, Latinoamérica ha estado en su punto de mira. Siempre ha deseado crear una red de museos, cuyo norte estaba, paradójicamente, en el sur. En el calendario expositivo nunca han faltado artistas latinoamericanos. Actualmente hay una muestra sobre los convulsos años 80 en Latinoamérica. El museo estrena nuevo subdirector, también del sur: el portugués Joao Fernandes, exdirector del Museo Serralves de Oporto.
Patricia Phelps de Cisneros ayudó a Borja-Villel a involucrar en esta fundación a un grupo de importantes empresarios latinoamericanos y portugueses. En un futuro podría abrirse a Europa. Una quincena de ellos han aceptado ser patronos fundadores. Junto a Phelps de Cisneros, nombres como Ricardo y Susana Steinbruch, de Brasil; Álvaro Saieh Bendeck, de Chile, o Ricardo Espirito Santo, de Portugal. Se creará una red de redes entre sus colecciones y el museo: exposiciones conjuntas, itinerancias...
Una gran colección virtual.
Será algo así como una gran colección virtual en la nube (tan de moda hoy). Como patronos natos de la fundación, el ministro de Educación, Cultura y Deporte, José Ignacio Wert; el subsecretario de dicho Ministerio, Fernando Benzo; el secretario de Estado de Cultura, José María Lassalle; el director del museo y el presidente del Patronato, Guillermo de la Dehesa. Éste será también el presidente de la nueva fundación, aunque se supone que sus sucesores serán elegidos por el Patronato de la misma.
Habrá que ver si las empresas patrocinadoras (Fundaciones Banco Santander, Mutua Madrileña y Telefónica, Mahou, o socios como Acción Cultural Española) se incluirán en el Patronato del museo, como ha hecho el Prado (también el Thyssen acaba de incorporar a empresarios y banqueros como Miguel Klingenberg e Isidre Fainé) o en el de la fundación. Y habrá que perfilar la relación de ésta con la Asociación de Amigos del Museo Reina Sofía, que preside José Joaquín Ysasi-Ysasmendi. Hace unos meses donó al museo una obra de Eduardo Arroyo. Asimismo, se prevé crear una Comunidad de Amigos entre los principales museos del mundo.
El año pasado, como regalo en su XX aniversario, el Gobierno le concedía al Reina Sofía una ley propia como la que disfrutaba el Prado desde 2003. Con ello lograba mayor autonomía y agilidad en su gestión. No es suficiente. Dado que las ayudas públicas no dan más de sí, hay que echarle los tejos a la sociedad civil. Pero sin Ley de Mecenazgo que echarse a la boca, no resulta nada fácil.