Inauguración de la exposición “El joven Van Dyck”
Doña Sofía presidió la inauguración de la exposición “El joven Van Dyck”, que se exhibe del 20 de noviembre de 2012 al 3 de marzo de 2013, en el Museo Nacional del Prado.
Coincidiendo con la conmemoración del 193 aniversario del Museo Nacional del Prado, Su Majestad la Reina presidió en el Museo la inauguración de la exposición “El joven Van Dyck”. Durante la inauguración Doña Sofía estuvo acompañada por la ministra de Empleo y Seguridad Social, Fátima Báñez García; el secretario de Estado de Cultura, José María Lassalle; el presidente del Patronado del museo, Jose Pedro Pérez-Llorca; el presidente del BBVA, Francisco González; el embajador del Reino de Bélgica en España, Jan de Bock; la defensora del Pueblo, Soledad Becerril y los comisarios de la exposición: el jefe del departamento de Pintura Holandesa y Escuelas del Norte del Museo Nacional del Prado, Alejandro Vergara y el conservador de Pintura Antigua del Museo Boijmans de Rotterdam, Friso Lammertse, entre otras personalidades.
El Museo del Prado presenta esta exposición, una de las mayores dedicadas al arte de Van Dyck (1599-1641) en el mundo y la primera que se celebra en España. Centrada exclusivamente en su obra de juventud, la muestra del Prado abarca el periodo comprendido entre 1613, aproximadamente, cuando Van Dyck contaba 14 años de edad, hasta su marcha de Amberes a Italia en octubre de 1621. Durante estos ocho años de producción temprana, Van Dyck había pintado unos 160 cuadros, mucho de ellos obras de gran tamaño y ambición creativa, de los que el Prado posee el conjunto más importante.
La muestra, compuesta por noventa pinturas y dibujos, permite estudiar en profundidad la carrera del joven artista y poner de relevancia que su talento precoz se manifiesta no sólo en la cantidad, sino también en la calidad de sus obras. Incluso de no haber pintado más que los cuadros de esta etapa temprana, Van Dyck sería uno de los pintores más importantes del siglo XVII.
La exposición, patrocinada por la Fundación BBVA, cuenta con notables ejemplos de cómo este talento precoz le permitió pintar obras maestras de gran originalidad, como “El Prendimiento” (Museo del Prado) y el “San Jerónimo en el desierto” (Gemäldegalerie de Dresde). En cuadros como “La entrada de Cristo en Jerusalén” (Indianapolis Museum of Art) o “La Lamentación” (Ashmolean Museum de Oxford), se muestra su faceta de pintor experimental que busca nuevos recursos para aumentar el impacto de sus cuadros en los espectadores. Al margen de su trabajo propio, Van Dyck también trabajó para Rubens (1577-1640) y fue uno de los primeros pintores en enfrentarse a la abrumadora influencia de aquel, ejemplificada en obras como “La coronación de espinas” (Museo del Prado), en la que la aparición de figuras muy próximas a Rubens no impide apreciar nítidamente en otras la lucha del joven pintor por definir un estilo propio.