Balenciaga ya tiene diseñador
Esta vez, ha sido rápido. Hace apenas un mes, y por sorpresa, se anunciaba el divorcio entre Balenciaga y su director creativo durante los últimos 15 años, Nicolas Ghesquière (Comines, 1971). El viernes 30 de noviembre era oficialmente el último día del francés en la casa y ayer lunes ya se anunciaba su sustituto. El estadounidense Alexander Wang (San Francisco, 1984) ocupará la plaza. Wang asumirá la responsabilidad de las líneas de mujer, hombre y accesorios. “Me siento profundamente honrado al embarcarme en una casa que admiro y respeto tanto”, afirma Wang en el comunicado emitido ayer por Balenciaga.
Desde el principio, su nombre figuraba entre los candidatos que se barajaban y la casa siempre hablo “de una lista corta”. Su primera colección para Balenciaga será la de otoño/invierno 2013, pero no se ha querido especificar si se presentará con un desfile durante la próxima semana de la moda de París —que se celebra del 26 de febrero al 3 de marzo de 2013— o en otro formato. “No queremos someterlo a ninguna presión innecesaria”, ha asegurado la presidenta de Balenciaga, Isabel Guichot en Women's Wear Daily. “Su demostrado talento, modernidad y visión enriquecerán el legado de esta casa de moda que pronto cumplirá 100 años”, afirma Guichot en la nota oficial.
Será en 2019 cuando se celebre ese centenario. Cristóbal Balenciaga (Getaria, 1895- Alicante, 1972) abrió su taller en San Sebastián en 1919, pero alcanzó su mayor notoriedad al instalarse en París en 1936. Convertido en una institución de la moda francesa y reconocido como uno de los creadores de alta costura más innovadores del siglo XX, cerró su estudio en 1968 ante el auge del prêt-à-porter.
La compañía que lleva su nombre sobrevivió con licencias de varios productos hasta que Nicolas Ghesquière volvió a colocarla en órbita en 1997. Desde que el 5 de noviembre se anunciara su salida de Balenciaga, el diseñador francés no se ha pronunciado sobre su destino. Se especula con la posibilidad de que pudiera crear su propia marca o ser fichado como director creativo de alguna otra casa histórica. Queda por ver si esa otra incógnita se despejará tan rápidamente como la de su recambio.
El que sí ha hablado desde el divorcio es François-Henri Pinault, presidente y consejero delegado de PPR, grupo que controla la firma desde 2001. Volvió a hacerlo ayer. “Balenciaga es una casa extraordinaria con un potencial inagotable y un legado incalculable”, defiende Pinault. “Alexander Wang utilizará su creatividad para reinterpretar el estilo moderno y extremadamente innovador que impuso Cristóbal Balenciaga”.
El estadounidense compaginará su nuevo puesto con el trabajo al frente de propia firma. Creada en 2005, cuando Wang tenía poco más de 20 años, la marca participa en la semana de la moda de Nueva York desde 2007.
El diseñador es uno de los principales representantes de la nueva generación de la moda estadounidense y ha contado con el constante apoyo de Anna Wintour. Wang, que hizo prácticas en Vogue, recibió en 2008 una de las becas que la revista concede junto al Council of Fashion Designers of America (CFDA). “Es un joven fantásticamente enérgico y centrado”, escribía Wintour en su publicación en 2009. Ese mismo año, Wang era reconocido como mejor diseñador emergente para mujer en los premios CFDA.
El precoz diseñador ha desarrollado un negocio pujante, en el que trabajan varios miembros de su familia. Cuenta con tiendas en Nueva York y Pekín y planea acabar este año con 12 locales en siete países, especialmente, en Asia. Un mercado al que se está estrechamente vinculado. Sus padres, de origen taiwanés, dejaron Estados Unidos en 1993. Hoy su madre reside en Shaghái y su padre, en Hong Kong. Su hijo se quedó en su California natal y a los 18 años se matriculó en la escuela Parsons, de Nueva York.
Con la elección de Alexander Wang, Balenciaga se aleja del rumbo vanguardista e intelectual de Nicolas Ghesquière y apuesta por una estética joven, global y comercial.