Brasil quiere ser el reino de la moda en 2013
Brasil no sólo quiere ser un país a la moda, quiere ser un país de la moda. Durante la última década, la mayor contribución brasileña al mundo de la moda prácticamente se limitaba a sus modelos, amazonas exóticas como Gisele Bundchen, Adriana Lima e Isabeli Fontana. Pero en 2013 el gigante sudamericano quiere hacerse conocer más por su ropa que por las bellezas que la lucen en pasarela.
Por años Brasil ha tenido una importante industria doméstica de moda. Las altas tarifas de importación protegían a los productores locales contra la ola de ropa hecha en China y fomentaban las marcas nacionales.
Ahora, las más prestigiosas marcas brasileñas sueñan con encarar a los pesos pesados de la moda internacional.
Melissa, conocida por sus coloridas y caras zapatillas de plástico, ha cobrado más notoriedad a nivel internacional a través de colaboraciones con diseñadores como la inglesa Vivienne Westwood y el francés Jean Paul Gaultier. A partir del próximo año la marca trabajará con el diseñador de Chanel, Karl Lagerfeld. El modisto alemán anunció este mes que tendrá cuatro minicolecciones con Melissa. La primera, que contará con cuatro calzados femeninos, saldrá a la venta en marzo.
Lagerfeld no es ajeno a las colaboraciones, ha trabajado con una gran variedad de marcas, desde la marca italiana de calzado Hogan hasta Coca Cola, pero ésta representa su primera incursión en el mercado brasileño, uno de los más codiciados del mundo, según Women's Wear Daily.
El diario de la industria de la moda clasificó Brasil como el país en desarrollo que más interesa a las marcas de lujo, pues en su última década de fuerte crecimiento económico Brasil suplantó a Gran Bretaña como la sexta economía del mundo.
Con esta expansión económica, que ha sacado a decenas de millones de personas de la miseria y reforzado a la creciente clase media, una fiebre de consumismo se ha apoderado del país. A pesar de las tarifas que multiplican los precios de los productos de lujo extranjeros, nuevos centros comerciales llenos de marcas internacionales se están abriendo a un ritmo deslumbrante.
Este año, unas 70,000 personas acudieron a la inauguración en Sao Paulo del centro comercial JK Iguatemi que cuenta con tiendas del joyero francés Van Cleef & Arpels, la marca francesa de moda Lanvin y la italiana Miu Miu. Otro centro comercial de lujo, cuyos 8,000 metros cuadrados albergan tiendas de la joyera neoyorquina Tiffany and Co., la marca italiana Prada y la francesa Louis Vuitton, abrió sus puertas en un barrio chic de Rio de Janeiro este mes.
La creación de nuevos centros comerciales no se limita a las grandes ciudades como Rio de Janeiro y Sao Paulo. En Recife, una ciudad costeña en la región noreste, que históricamente ha sido la más pobre de Brasil, abrió el centro comercial Rio Mar con locales de la marca estadounidense Tori Burch. A su vez otros centros comerciales están bajo construcción en dos otras ciudades del noreste.
Pero los brasileños no se contentan con ser simples consumidores. También quieren producir artículos de lujo codiciados internacionalmente.
Los organizadores de las semanas de la moda en Rio de Janeiro y Sao Paulo cambiaron este año las fechas de las muestras realizadas dos veces al año para que estuvieran mejor integradas en el calendario internacional y no coincidieran con los desfiles en capitales de la moda como París, Nueva York o Milán. Con este ajuste se espera atraer a más editores de moda extranjeros, sobre todo para las colecciones de verano, que son el punto fuerte de los modistos en el país.
Incluso en los desfiles otoño-invierno 2013 los modelos destacados fueron los bikinis. Los brasileños son los reyes de la moda de playa y marcan las tendencias de los trajes de baño del mundo. La marca Triya entregó los más audaces bañadores de la temporada, minúsculos bikinis en colores psicodélicos, algunos con larguísimos flecos que se meneaban seductivamente cuando las modelos caminaban.
Lenny, una de las más prestigiosas líneas de trajes de baño de Brasil, también tuvo una colección saturada de colores aunque los suyos fueron representados con estampados fluorescentes que rendían homenaje a los artistas de grafiti de Rio.
Los bikinis no eran la única opción para el calor según los diseñadores brasileños, quienes también mostraron una amplia selección de trajes de baño sensuales. La marca carioca Blue Man igualmente propuso trajes de baño completos con escotes en forma V tan profundos que necesitaban un cinturón para mantener todo en el lugar correcto.
Osklen, una marca de ropa, calzado y moda de playa cuyo desfile está siempre entre los más esperados de la Semana de la Moda de Sao Paulo, continúa mirando hacia horizontes distantes.
La marca, que ya tiene tiendas en Estados Unidos, Italia, Japón y Argentina, se estrenó en la semana de moda de Nueva York en septiembre, dando un paso más hacia su expansión en el extranjero. Tras negociaciones con las gigantes de la moda internacional, LVHM y PPR, el fundador de Osklen, Oskar Metsavaht, firmó en octubre un acuerdo para vender el 30% de la firma a Alpargatas, propietario de las famosas chancletas de goma Havaianas. Metsavaht explicó que la venta facilitará la expansión internacional de la marca.
"Hoy por encima de todo, estoy haciendo un ejercicio de estética, diseño y expresión artística. Somos creativos, haciendo un diseño contemporáneo de cualidad internacional," declaró Metsavaht, quien también adora surfear, a la revista Alma Surf. "Pero hay una diferencia: Somos brasileños".