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Joâo Fernandes: «Los museos están domesticados por el turismo masivo que los invade»

Joâo Fernandes: «Los museos están domesticados por el turismo masivo que los invade»

Ha dirigido desde 2003 el Museo Serralves de Oporto. A partir de enero se incorpora al museo español como mano derecha de Manuel Borja-Villel.


En los últimos meses ha dividido su tiempo entre conocer el funcionamiento del Reina Sofía, su nueva casa, y acabar los proyectos pendientes en el Museo Serralves de Oporto, espacio que dirige desde 2003 y donde entró a trabajar en 1996. Joâo Fernandes comparte con ABC algunas de sus ideas sobre los museos y sus visitantes que espera poner en práctica en el MNCARS.


–¿Cómo surgió la oportunidad de trabajar en el Reina Sofía?


–Su director, Manuel Borja-Villel, me dijo que estaba interesado en trabajar conmigo si aceptaba el desafío. Necesitaba complicidad con alguien como yo que ya está muy cerca de él en muchas de sus visiones en relación al mundo del arte de hoy. Trabajamos para que un museo no sea un mausoleo sino una entidad que desarrolla redes muy dinámicas con otros museos. Es un espacio para la reflexión y discusión crítica del arte y del mundo que lo rodea. Hoy los museos están muy domesticados por el turismo masivo que los invade y el Reina acoge muchos turistas. Por un lado, está muy bien, pero al mismo tiempo el gran desafío es saber qué hacer con la gente que lo visita. Queremos que el espectador sea más lúcido, exigente y crítico cuando se confronta con la obra de arte, que pueda pensar y que no sirva únicamente para decir que ha estado allí. La sociedad de hoy hace que los museos se destinen más para la gente que no se interesa por el arte, que en muchos casos son los turistas. Queremos gente real en los museos y no modelos para las fotos de viaje o de familia.


–Trabajar en el Reina Sofía, ¿asusta o motiva?


–Motiva. Para mí el Reina Sofía ha sido el museo al que he ido a ver grandes exposiciones. Madrid ha sido una ventana sobre el mundo y sobre Europa para los portugueses. El arte ha hecho parte de la apertura de España al mundo.


–¿Están ya planificando el trabajo?


–Estamos empezando a discutir cómo vamos a hacer lo que está planificado. Tengo una experiencia importante de colaboración de museos, trabajé mucho como segundo de Vicente Todolí. Manolo es alguien que conoce muy bien el contexto institucional español, y va a ser un gran profesor. La idea es que el museo sea un utensilio para traer el mundo a España. El Reina Sofía tiene posibilidades fantásticas de programación.


–¿Un museo cercano a la sociedad?


–Me fascina la manera de vivir el espacio público en España. En Portugal somos más tímidos en relación al espacio público; en España es la casa de todos.


–¿Se vive de otra forma la cultura en España?


–Hay diferencias entre los dos contextos. La ambición de la colección del Reina Sofía es muy grande, ha habido un objetivo para la cultura por parte de las estructuras de poder de la sociedad española. En Portugal ha habido siempre un gran aislamiento del poder político hacia la cultura.


–¿La crisis puede perjudicar el trabajo del Reina?


–Los objetivos y las ambiciones serán los mismos, pero condicionará la forma de trabajar. No se puede desperdiciar el dinero que ahora tanto escasea, hay que saber cómo ser lo más exigente posible, pero también centrarnos en los valores fundamentales del proyecto. Si nos conformamos con la crisis, estaremos en crisis. Hay que estar por delante, nos obliga a pensar cómo trabajar.


–Desde el 96 ha estado en el Museo Serralves. ¿Cómo afronta la separación?


–Mi hijo tiene casi 18 años (risas) y ya camina independiente de mí. Es un proyecto que ha marcado mucho mi vida, pero es importante saber abandonar en el momento justo. El Serralves debe seguir haciendo un proyecto dinámico independientemente de los protagonistas. Estoy muy contento por la forma en la que se ha elegido a mi sucesora, Suzanne Cotter. Ha sido un concurso internacional, algo que no se hacía en Portugal, con gente que conocía muy bien el museo y las necesidades del mismo. Estaré muy atento a lo que ocurra.


–¿Veremos más arte portugués en el Reina Sofía?


–No me voy como embajador (risas) y trabajo con artistas independientemente de su pasaporte. Pero es cierto que tengo un conocimiento muy bueno del contexto portugués y creo que no se conoce bien en España.


–¿Hay algo de Serralves que se puede llevar al Reina Sofía?


–Me ha interesado siempre mucho que los artistas a partir del siglo XX han cruzado el arte independientemente de sus lenguajes de soportes. Artistas visuales han trabajado con el cine, la danza, la música… Creo que en el Reina encontraré ese espacio.


–¿El Reina Sofía empieza una etapa en la que se marcará su estilo?


–Me quiero integrar en el equipo. El Reina Sofía ya tiene un largo viaje. Espero poder corresponder a las ambiciones del proyecto. No busco una consecuencia personal de mi trabajo. Tengo un respeto intelectual grande y una amistad profunda hacia Manuel Borja-Villel y creo que juntos haremos un gran trabajo.

Compartir | Recomendar Noticia | Fuente: ABC (BELÉN RODRIGO | OPORTO) | Fecha: 03/01/2013 | Ver todas las noticias



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