La Biblioteca Nacional abre el año con una exposición sobre las pioneras de la escritura española
La Biblioteca Nacional acogerá en la Sala de Las Musas, a partir del próximo 30 de enero y hasta el 21 de abril la exposición El despertar de la escritura femenina española, que presenta los retratos y obras seleccionadas de las primeras mujeres españolas que se atrevieron a tomar la pluma, desde Teresa de Jesús a Luisa Sigea, Olivia Sabuco, sor Marcela de San Felix, María Zayas o sor Angela de la Cruz.
La muestra, comisariada por Clara Janés, ofrece así el florecer de la literatura en los conventos, tanto en la prosa (Teresa de Ávila), y la poesía (Sor María de la Antigua), como en el teatro (Sor Marcela de San Félix), pero también damas que concurren a certámenes y suman sus escritos a libros colectivos realizados con motivo de un homenaje o una celebración.
Esta exposición da cuenta de cómo la fama hace que, desde muy pronto, algunas de estas escritoras conozcan traducciones, réplicas e incluso usurpación de su nombre, como le sucedió a Luisa Sigea.
Asimismo, en ella se podrá ver que una mujer es depositaria y difusora de obras de los grandes doctos (Sor Ana de Jesús de San Juan de la Cruz y Fray Luis de León); que otra, sin querer tomar hábito, se hace misionera y su labor es reconocida en distintos países (Luisa de Carvajal); o que las hay que se dedican al teatro (Ana Caro).
También será protagonista la que, a pesar de su gloria, guarda celosamente su verdadera identidad (María de Zayas); la que, interesada en la ciencia, descubre un elemento del cuerpo y lo comunica (Oliva Sabuco), o aquella que se hace famosa por sus traducciones (Isabel Rebeca Correa).
También se expondrá la figura de la aguda pensadora Juliana Morella; la ganadora de numerosos certámenes Cristobalina Fernández de Alarcón; la que, desde tierras de ultramar, movida por el talento de Lope de Vega, le escribe una epístola en verso Amarilis; y la que, también al otro lado del Atlántico, tiene su celda poblada de aparatos científicos y libros de literatura y de pensamiento de todo tipo hasta que la Inquisición la obliga a retractarse de sus ideas, renunciar a sus posesiones y declararse "la peor de todas" Sor Juana Inés de la Cruz.