Hormigón en el MUSAC, por Lara Almarcegui
El Museo de Arte Contemporáneo de Castilla y León (MUSAC) acoge desde el pasado 19 de enero la exposición Parque fluvial abandonado de Lara Almarcegui. La muestra tiene como punto de partida los estudios sobre descampados por los que la artista ha obtenido un gran reconocimiento en su trayectoria.
Consisten en rigurosas investigaciones, con formato final divulgativo –ya sea en forma de guía o diaporama–, sobre estos espacios abandonados que se mantienen al margen de la lógica constructiva y del diseño de la ciudad, como restos arqueológicos de lo que la ciudad fue antes de construirse, pero también de lo que el espacio urbano puede llegar a ser después de su uso. En este caso, Almarcegui plantea un relato visual que cuenta la historia del proyecto de parque entre dos ríos junto al barrio de La Lastra en León, cuyo abandono debido a la crisis económica ha tenido como consecuencia un descampado.
Los proyectos de Lara Almarcegui consisten en la presentación pública de investigaciones realizadas mediante rigurosos métodos de análisis que son aplicados sobre aspectos aparentemente periféricos al orden urbano. Para la exposición Parque fluvial abandonado, Almarcegui plantea dos nuevas obras, realizadas ex profeso para esta muestra, que constituyen un ejercicio doble de contextualización: por una parte, una intervención sobre la arquitectura de la sala 2 del MUSAC; por otro, un trabajo sobre un descampado en la zona de La Lastra (León), sintomático de la situación actual del sector de la construcción en el Estado español. Lara Almarcegui (Zaragoza, 1972) es una de las artistas españolas con mayor proyección internacional. Este mismo año 2013 estará en el Pabellón Español de la Bienal de Venecia de la mano del comisario Octavio Zaya, comisario externo del MUSAC.
La instalación específica Materiales de construcción de la sala 2 del MUSAC tiene como punto de partida el análisis del edificio de Mansilla y Tuñón. En ocasiones, Almarcegui ha establecido una relación directa entre los componentes de la arquitectura y su resultado, al colocar junto a un edificio sus materiales de construcción. En sus últimos trabajos, éstos ya no se presentan como un material ordenado, como estarían justo antes de comenzar la construcción, sino como un material de residuo, tal y como aparecerían después de su demolición, como si los tiempos posibles de una edificación estuviesen superpuestos en esa contigüidad. Además de referirse a toda una tradición de representación de la ruina, sus montañas de materiales de construcción adquieren una fuerza escultórica y una lectura corporal y critica del espacio para el espectador, sin precedentes en su producción.