Un vigilante y un bibliotecario salvan los manuscritos milenarios de Tombuctú
Una bella noticia dentro del horror del conflicto armado que afecta a Mali. Miles de manuscritos antiquísimos fueron salvados de la destrucción provocada por los islamistas radicales en Tombuctú gracias a un bibliotecario y un anciano guardia de seguridad. Los nombres de estos héroes para la cultura y el Patrimonio de la Humanidad son Abdoulaye Cissé y Abba Alhadi, respectivamente. Un artículo de The Wall Street Journal ha sacado su hazaña a la luz.
Los islamistas salafistas habían amenazado con destruir los más de 100.000 manuscritos antiguos de la Edad Media que había en la ciudad. Documentos que incluyen información sobre medicina, botánica, leyes, astronomía e incluso textos de Al-Ándalus como desveló Manuel Pimentel a lainformacion.com en una entrevista. Antes de abandonar la ciudad por la acción militar de las tropas francesas, cumplieron con su amenaza, pero por fortuna para el patrimonio cultural del país, sólo pudieron quemar unos pocos.
Muchos pergaminos estaban en las bibliotecas particulares de los habitantes de Tombuctú, que preferían guardar con ellos ese tesoro cultural, y para evitar que los islamistas se apoderasen de ellos los escondieron en los sitios más recónditos, desde cajas de Nescafé a las paredes de las casas. Evitar la quema de los documentos de las bibliotecas públicas fue más difícil, y ahí entran en juego Cissé y Alhadi.
Cissé, profesor de Historia y director en funciones del Instituto Ahmed Baba de Tombuctú de Altos Estudios e Investigación Islámica, explicó cómo salvaron de la quema los documentos. “Sabía que lo que teníamos aquí estaba amenazado, así que dije que teníamos que sacarlo fuera”.
La amenaza pendía sobre el patrimonio cultural de Tombuctú desde que los rebeldes islamistas tomaran la ciudad en abril de 2012. Pero en diciembre del año pasado, el cariz que empezó a tomar la situación parecía anticipar un final trágico para la biblioteca.
Evacuación de los pergaminos de la biblioteca
El 30 de diciembre, algunos rebeldes dijeron al guarda de seguridad que iban a transformar la biblioteca en una escuela coránica en breve. Entonces, Cissé tomó la decisión de salvar los más de 28.000 documentos que había en su biblioteca.
¿Cómo sacarlos de la ciudad? Lo hicieron en carros tirados por burros, con los que se dirigieron al río Níger para allí trasladar los pergaminos a botes que se dirigieron a la primera ciudad hacia el sur en manos del Gobierno de Mali, Mopti. Para ocultar los manuscritos en los carros, utilizaron sacos vacíos de arpillera para grano.
El proceso les llevó dos noches en las que trabajaron casi en la más absoluta oscuridad. Desde Mopti, los documentos fueron trasladados más tarde a Bamako, donde han sido puestos a salvo en la Universidad de la ciudad.
Antes de huir de Tombuctú por la presión de las fuerzas francesas y malienses, los salafistas entraron al final en la blibioteca defendida por Cissé y Alhadi, pero sólo pudieron destrozar el mobiliario y unos pocos centenares de documentos, precisamente los que estaban digitalizados.