El mejor Durero grabador se expone en la Biblioteca Nacional
En la muestra «Durero grabador. Del Gótico al Renacimiento» están las mejores obras de uno de los grandes creadores del Renacimiento, como las del «El Apocalipsis», «Rinoceronte» o «La Melancolía».
La exposición «Durero grabador. Del Gótico al Renacimiento» podrá contemplarse en la Biblioteca Nacional a partir del 6 de febrero pone de relieve la fama internacional que el gran creador tenía como grabador. Sus novedosas soluciones técnicas y su cuidado por el detalle revolucionaron esta disciplina artística.
Concha Huidobro, jefa de la Sección de Grabados del Servicio de Dibujos y Grabados de la BNE, ha manifestado: «Todos los fondos de esta muestra, las ciento dieciséis estampas y los seis libros, pertenecen a la BNE, y en ella están sus mejores grabados. Básicamente, las mejores obras de Durero, se conservan en la Biblioteca».
La también comisaria de la muestra ha señalado asimismo que «Nuestra colección es la más importante de España, y una de las mejores del mundo».
«El Apocalipsis», «Adán y Eva»
Del total de piezas expuestas, noventa y tres obras pertenecen al este gran genio de los siglos XV y XVI. Todas ellas se muestran de forma cronológica. «Entre los libros, podemos destacar la portada del incunable de San Jerónimo, que se cree que es el primer grabado de Durero», ha aseverado Huidobro.
También de su primera época (1490-1498) están las estampas que realizó para el gran libro «El Apocalipsis», la obra que le dio a conocer como artista. En «Durero grabador. Del Gótico al Renacimiento» se expondrán la portada y cinco estampas.
En el segundo capítulo cronológico, el artista siente una gran preocupación por las proporciones del cuerpo humano y la búsqueda de la belleza, que da como resultado el magnífico buril «Adán y Eva». También, series religiosas como «La pasión grande», «La vida de la Virgen», «La Pasión pequeña», y piezas relevantes como «El caballero, la muerte y el diablo», «La Melancolía» y «San Jerónimo».
La última parte (1515-1528), se centra, por un lado, en los trabajos que Durero hizo para el emperador Maximiliano, el gran mecenas del artista. «Le concedió una pensión vitalicia a cambio de que ejecutara obras como "El arco triunfal"», ha indicado la comisaria. Ésta obra se exhibirá junto con «Gran carro triunfal», el retrato de Maximiliano, su famoso «Rinoceronte», varios de sus pocos aguafuertes, otros retratos y sus últimas obras religiosas. Igualmente, pueden contemplarse tratados de arte ilustrados con xilografías.
Edad de oro del grabado alemán.
«Durero grabador. Del Gótico al Renacimiento» se completa con un panorama del grabado alemán de la época de Durero, con piezas de artistas de las escuelas de Nuremberg, Ausburgo, Basilea, Estrasburgo y Sajonia, entre otras, junto con las del grupo de los Pequeños Maestros.
Así pues, se cuelgan obras de Hans Golbein, Lucas Cranach, Hans Baldung Grien, Albretch Altdorfer, los hermanos Baham, Georg Pencz, Heinrich Aldegrever o Hans Burgkmair que contribuyeron con su obra a que esta época fuera considerada la edad de oro del grabado alemán.