La emergencia de JUSTMAD
Que conste que no me gusta nada el término “arte emergente”. Me da la sensación de que alguien empuja la cabeza de otro hacia el fondo de una piscina mientras el propietario trata de sacarla. Pero expresada mi reticencia hacia el subtítulo, “emerging art fair”, diré que cada vez me parece más atractiva JUSTMAD, pues aunque hay un poco de todo, como siempre ocurre en estos eventos, se encuentran propuestas muy frescas y algunas realmente especiales.
La edición que se acaba de cerrar, bajo la dirección artística de Javier Duero, se ha ampliado, además, a nuevas iniciativas que van más allá de la idea misma implícita en una convocatoria de este tipo, donde los artistas presentan (y venden) sus obras. De hecho, el visitante que se pase por JUSTMAD tendrá ocasión de ver a algunos de sus artistas favoritos, como mi artista fetiche Elena Alonso en Espacio Valverde –no me regañeis porque mencione a menudo a la artista y a la galería, es que me parecen estupenda y diferentes, ambas. Espacio Valderde siempre inventa cosas y busca artistas particulares y sorprendentes. Una de las obras de Alonso en JUSTMAD, cierta especie de peonza gigante en su línea de “tapadera” –parecer lo que no es o todo lo contrario- , se pudo ver en la última edición de Circuitos.
con un trabajo curioso e inesperado que presenta la galería de Nantes RVD y en el cual se mezclan códigos visuales diferentes, hasta de culturas diferentes -con algo de visiones de Hildegarda de Bingen-, que terminan por convivir de un modo preciso, con cierto regusto a un manga sofisticado en el uso del color y las técnicas. Manuel Calderón, con sus masas que se abren y se cierran subiendo la escalera –dibujo y video en la Galería el Museo de Bogotá; Apollonio en Kir Royal, con sus fotos de directores de museo sobre pedestales; Regina Jestrow en Arts Center en Miami o Roberto Noboa en Nomínimo de Guayaquil, que empieza a ser una ciudad muy interesante para el arte contemporáneo, han sido algunos de los otros artistas que me han atrapado los ojos.
Paseando por allí me he tropezado con Zoé Vizcaino, que exponía en Pazycomedias su obra magnética -fondos de mares y otros abismos. Compartimos las pasiones por los mares helados y los mapas, así que ha sido un rato estupendol. Qué diferente ver una obra cuando el autor comparte con nosotros sus pasiones, qué viva... Y entonces me he puesto a pesar cómo me gustaría tener un tiempo infinito para escuchar a todos los autores de las piezas que me me atraen o que atraen el menos mi curiosidad. Y me he acordado de lo que decía Quico Ribas cuando le acusaban de escribir sobre sus amigos artistas: no escribía sobre sus amigos, sino que trataba de hacerse amigo de los artistas que le interesaban.
De cualquier modo, en esta ocasión JUSTMAD no ha apostado sólo por las galerías, sino que ha invitado a residencias de artistas como FelipaManuela, que esté año lo pasará en Santander en su juego de ir cambiando de ubicación, o la propia Arts Center (South Florida) de Miami, además de incidir en cuestiones propiamente educativas. La participación de programas educativos -por llamarlos de alguna manera- se ha realizado con la colaboración del Banco de Santander, que en nuestro periodo complicado se está volcando hacia la educación -como se puede ver en algunos programas del Museo Reina Sofía.Estas iniciativas han convertido a la feria en un lugar de encuentro e intercambio gracias a la presencia de propuestas como La Trasera, que desde hace un par de años ha llevado a cabo una labor muy necesaria desde la Facultad de Bellas Artes de la U.C.M. -invitando por ejemplo a comisarios jóvenes- y ha propiciado un lugar donde se ponen en marcha nuevas formas de producción y distribución. Junto a La Trasera aparece Intransit, otra plataforma creada por la propia U.C.M. y Pensart , donde se apuesta por establecer pautas profesionales de trabajo entre la comunidad artística universitaria y los agentes culturales que operan en cada sector, conformada por una convocatoria pública, unas jornadas de presentación de los proyectos con actividades participativas y un archivo digital en la red.
Aunque lo que tal vez más ha llamado la atención en JUSTMAD son los artistas en busca de autor o, más bien,de galerista. Se trata de artistas que esperan que alguien los mire, los busque y los "contrate" y que en este ocasión sólo presentan su obra: no la venden. El recorrido se completa con una sección de diseño que este año aparece reunido, dando a la feria un sentido más ordenado. Al fin y al cabo es un proyecto muy joven que se irá desarrollando, seguro, cada vez a mejor. Merece la pena mirar hacia el arte actual como algo más que obras para vender -aunque también sea importante, sobre todo en los tiempos que corren. (Fotografía: Javier Duero, director de JUSTMAD, en el hotel Silken Puerta de América, donde se celebró la feria. / Álvaro García).