Desde, frente o contra Tàpies
La exposición se encuentra en la fundación del pintor. La colección relaciona las obras del artista y sus coetáneos y algunos trabajos más ‘irreconocibles’
Contra Tàpies es el título de la exposición que se inaugura hoy en la fundación del artista en Barcelona. Parecería que la intención es poner en evidencia una actitud de oposición con el artista del informalismo matérico fallecido ahora hace un año. Pero la palabra tiene otras acepciones. Son las de las preposiciones desde o frente. La lucha contra el estereotipo y el cliché sobre Tàpies es el hilo argumental de esta original y, por qué no, divertida, exposición en la que la obra del artista dialoga con la de otros autores que compartieron un tiempo histórico común y con la de artistas actuales que, sin coincidir con él, parten de su universo para crear. La sorpresa se produce en la parte final de la exposición, donde se pueden ver una docena de tàpies,la mayoría de ellos inéditos, que poco o nada tienen que ver con el autor reconocido por casi todos.
“Es difícil hacer algo nuevo y ser original con Tàpies, por eso hemos querido interpretar, desplegar y leer su obra en función de la fricción y tensión con otros artistas, intentando verlo desde fuera”. Valentín Roma conoció a fondo al pintor, cuando preparaba el documental Alfabeto Tàpies con motivo de su 80 cumpleaños. Desde entonces quiso organizar unas jornadas sobre esta perspectiva, que luego pasaron a ser libro y que ha acabado siendo una exposición. Roma ha reunido 60 obras de 40 pintores, escultores, escritores y videoartistas que dialogan entre sí y con el anfitrión para ver sus puntos en común. La primera de ellas es I. G., un richter poco conocido en el que el modelo, de espaldas, agacha la cabeza y esconde su personalidad. Nada que ver con una fotografía de tamaño natural de Joseph Beuys, donde su autor camina decidido de frente. Las obras conviven con el impresionante Piernas abiertas pintado por Tàpies en 1995, y en la que una manta deja al descubierto solo los pies de la figura que cubre.
La lista de firmas es larga: Dan Graham, David Hockney antes de ser pop, Diego Rivera, Giacomo Balla, Pier Paolo Pasolini, del que se proyecta Saló, en la que el sexo violento comparte protagonismo con unos más que inocentes dibujos de desnudos realizados en tinta china por Tàpies o unos naipes eróticos de Carlos Pazos.
La exposición brinda la oportunidad de ver el trabajo de seis artistas, como Luis Guerra, Usue Arrieta y Pep Agut que, lejos de la época de Tàpies, parten de su obra, de forma sutil o explícita, para realizar seis instalaciones.
Autorretratos, informalismo, expresionismo germánico, pop art, pintura política y objetualismo, antes de su apoteosis sin etiquetas de los últimos años. Pero hay obras inclasificables, que parecen haber sido realizadas por otros artistas, como si Tàpies hubiera sentido la necesidad de huir de su personalidad plástica. Roma ha seleccionado 13, la mayoría pertenecientes a su familia, en las que es difícil reconocerlo. Es el caso de Retrato del Fuhrer del Tercer Reich (1950), Pareja y caballo (1951), Gorro rosa (1966) o el Retrato de Maria Josefa Tàpies, la hermana mayor de Tàpies que pintó a la manera de Togores.
La exposición se cierra con un conjunto de documentos inéditos también conservados por la familia, que recrean parte de su biografía a través de correspondencia con personajes como Martin Heidegger, Marcel Duchamp, Bertrand Russell, André Malraux y Jim Jarmusch, entre otros. “Son también parte de la memoria y de la hoja de ruta que explican a Tàpies", aseguró Roma.