El periodismo con acento español triunfa en Iberoamérica
Profesionales españoles del mundo de la comunicación aprovechan las oportunidades y ventajas que ofrece el continente latino.
Son los nuevos rostros, voces y firmas del periodismo en Latinoamérica. Información y entretenimiento con acento español, que ha encontrado en esta región su segunda o, incluso, su primera oportunidad en una profesión que en España es de alto riesgo. Y de alto paro.
Muchos periodistas buscan refugio en el continente de las oportunidades. Se han ido a hacer las Américas, atraídos por la compatibilidad cultural y del idioma, factores que les ayudan a insertarse con mayor rapidez.
«El acento es un plus», dice Eva Rey, «les gusta y no les importa que se note». Esta donostiarra, de 35 años, trabaja en Colombia desde hace seis. Es la presentadora del informativo de prime time del canal NTN24. «Parte de lo bien que me ha ido es porque soy española», reconoce.
«El acento suma, no resta», confirma Sofia Calamita, «la gallega» de Radio Metro en Buenos Aires, una de las emisoras más importantes de Argentina. «Los españoles caemos bien». Esta catalana, de 26 años, trabaja en el equipo de «Perros de la Calle», el programa estrella de la radio argentina. Además, dirige y presenta su propio programa de televisión: «¿Qué tiene buenos Aires?» en la emisora «Ciudad Abierta»
«Se valora mucho que vengas de Europa y tu currículum», dice Inés del Árbol desde Ecuador. Esta madrileña lleva sólo dos meses trabajando en el diario «Expreso de Guayaquil», donde llegó junto con otros tres compañeros españoles.
Oportunidad frente a precariedad.
Los datos en España son, efectivamente, para hacer las maletas y salir corriendo. Según las estadísticas del Servicio Público de Empleo Estatal (SPEE), en septiembre de 2012 había 13.383 personas que demandaban un empleo como periodista. Según la FAPE (Federación de Periodistas de España) desde mediados de 2008 hasta octubre de 2012, se han visto afectados 6.393 empleos periodísticos en nuestro país. La precariedad se ha convertido en la norma vigente y las oportunidades escasean.
«Hice prácticas durante dos años. Allí se estiran y se estiran las becas. No me sirvió para nada». María Sánchez dejó España hace tres años para instalarse en Montevideo, donde consiguió su primer contrato profesional. «En Uruguay conseguí además un sueldo acorde a mi puesto. En España nunca superé el estatus de becaria y los 400 euros», asegura esta malagueña de 26 años, que ahora edita el suplemento de cultura del diario «El País de Uruguay»: «Aquí hay más respeto por la profesión, no hay tanta precarización. En España los medios han perdido calidad, también humana».
Pero, hoy en día, superar una beca y optar a un contrato no asegura una estabilidad. «Me tuvieron dos años con contratos en empresas de trabajo temporal. Y, durante una época, me despedían los viernes y me contrataban los lunes», cuenta Tomás Ocaña, reportero de investigación de Univisión, un canal latino que emite desde Estados Unidos para toda la región. «Aquí siento que estoy haciendo periodismo de verdad. No les importa sólo la audiencia, quieren prestigio. Un proyecto no sólo se evalúa por el «share», también por la repercusión en redes e internet, o número de medios que han rebotado la información». Tomás lleva más de un año en Miami. Se presentó, con la excusa de unas vacaciones, a una entrevista, y ya no ha vuelto: «Aquí se trabaja a base de mérito. En España asciende el que se hace amigo del jefe y se va de copas con él».
Además de estabilidad, Latinoamérica les ofrece a estos profesionales un regreso a la esencia de la profesión, de lo que les hablaban durante su época universitaria. «Las condiciones son mejores. Hay una promoción y hay un respeto hacia el trabajador y el periodista que en España no veía», confirma Inés desde Guayaquil.
Un mercado emergente.
El mal momento económico de España contrasta con el crecimiento que está experimentando Latinoamérica. La inversión fluye, y los medios de comunicación abren e impulsan la contratación. En España, los ERES dominan en las compañías. Fue lo atractivo del mercado lo que atrajo a José Antonio Ayuso a elegir Chile como destino para volver a empezar. A su llegada a Santiago montó una productora para vender formatos de televisión. También, dio clases en la universidad a la vez que trabajó para El Mercurio, el diario más importante de Chile. «Aquí se hace muy buen periodismo. Y hay muchas oportunidades. Y ser español se valora. Para mí ha sido una ventaja siempre. Debes explotar tus cualidades, tus diferencias. Yo he explotado el ser europeo tener un acento distinto. Sacarle lo positivo». Ayuso, de 29 años, dirige ahora la unidad de investigación del canal de televisión MEGA.
Además de su origen y su éxito, estos profesionales tienen ahora algo más en común: una cuenta de correo llena de mensajes desde España. «Me llegan currículos todos los días, y cada vez de más españoles», asegura Tomás. «Cada dos por tres tengo e-mails de alguien que conoce a gente que yo conozco y me preguntan si es buen lugar para venir», cuenta María.
Chile o Ecuador son otros de los países más atractivos para aquel que busque trabajo. «Ahora mismo, este país está emergiendo y hay oportunidades para los jóvenes», asegura Inés del Árbol. La experiencia de gente como Eva Rey sirve de ejemplo para el desembarco de un gran número de profesionales españoles en Sudamérica. «Los medios de comunicación, sobre todo digitales, son un negocio emergente en Colombia. Hay menos medios y está creciendo. Cada vez vienen más periodistas extranjeros. Es buen momento para venir».
Con más ganas de permanecer que de regresar.
Todos ellos también coinciden en algo. Esta experiencia no es para siempre. El deseo de volver y trabajar en España les mueve a seguir acumulando experiencia. Aunque reina el pesimismo en cuanto hablamos del panorama en el sector en nuestro país. «Veo complicado el regresar», asegura Inés, recién llegada a Ecuador. Por el momento no se plantea su vuelta, «pero sí tengo la esperanza de que las cosas cambien, de que pase el temporal, en unos cuantos años».
Otros, ya no contemplan la posibilidad de regresar: «No. No quiero volver. Encontré mi lugar. Estoy muy contenta y me gusta lo que hago. En España tendría que volver a empezar», afirma Sofía Calamita desde Argentina. «Toda mi carrera se ha desarrollado en Colombia, y estoy muy integrada. No tengo una espina clavada por no haber trabajado en España», dice María Rey. «Tal como está España, no veo posible volver, por ahora. Y me gusta el tipo de periodismo que hago aquí», piensa María Sánchez.
Quizás una gran generación de periodistas, supuestamente la más preparada, abierta a todas las plataformas, con ideas frescas, ganas innovar y de regenerar la profesión, no tenga nunca la oportunidad que se merece en nuestro país. Por eso, por qué no, salir es la mejor forma de que se reconozca el talento de todos ellos.