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Los seres humanos imperfectos del escultor Ron Mueck

Los seres humanos imperfectos del escultor Ron Mueck

La Fundación Cartier de París exhibe el trabajo del artista australiano, famoso por sus obras hiperrealistas. Mueck juega con las escalas: sus piezas nunca son a tamaño natural porque no quiere limitarse a la reproducción fiel de la anatomía. El centro reúne esculturas representativas, seis de ellas muy recientes y tres creadas especialmente para la muestra.


Ron Mueck (Melbourne, 1958) esculpe seres humanos que exhiben las imperfecciones de la piel, las canas, las arrugas o la grasa abdominal con una naturalidad doméstica que completa con estilo hiperrealista. Aunque las figuras son proporcionadas, Mueck juega con las escalas y los motivo: crea ancianos que no superan los 90 centímetros y bebés recién nacidos de varios metros de largo, aumentando así la extrañeza de los personajes, afeados y poco habituales en las amplias salas de los museos.


El escultor australiano residente en Londres ha expuesto su obra con éxito en países como Japón, Australia y Nueva Zelanda, pero no es frecuente poder ver sus obras en Europa. La Fundación Cartier para el Arte Contemporáneo, que ya exhibió la obra del autor en 2005, repara la falta con Ron Mueck, una exposición que hasta el 29 de septiembre reúne en París una selección de trabajos representativos del autor entre los que hay seis muy recientes y tres creados especialmente para la muestra.


Con motivo de la muestra el centro ha producido un documental, dirigido por el fotógrafo francés Gautier Deblonde, sobre el trabajo del artista en el estudio. La grabación descubre el proceso creativo del escultor durante la creación de las tres obras nuevas realizadas para la exposición. Deblonde pasó 18 meses en la guarida de Mueck y documentó en silencio el minucioso proceso técnico —"se podría decir que monástico", especifica el director— la atmósfera de reclusión, las partes del cuerpo, las cabezas y las cabelleras decorando la estancia o esperando a ser colocadas en obras definitivas.


Cada pelo por separado.

Nunca hace sus piezas a tamaño natural porque evita el retrato y no quiere limitarse a la reproducción fiel de la anatomía. Esculpe en arcilla hasta que la obra contiene todos los detalles que exhibirá cuando esté terminada. La figura sirve como molde para la resina, sobre la que inserta el pelo y los ojos y crea posibles manchas y lunares en la piel.


Cada elemento es una obra de arte en sí mismo: el autor pinta a mano el iris de cada ojo; corta, pinta y coloca cada pelo por separado; si el personaje lleva zapatos, los esculpe con la textura exacta del calzado gastado, si va vestido, Mueck supervisa el tipo de prenda y de tela que llevará para controlar a la perfección que la caída de la ropa sea natural.

Compartir | Recomendar Noticia | Fuente: 20 Minutos (HELENA CELDRÁN) | Fecha: 17/04/2013 | Ver todas las noticias



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