San Miguel de Escalada busca micromecenas en su 1.100 cumpleaños
Cinco investigadores piden financiación en internet para estudiar la ornamentación de este singular monasterio leonés.
Al viajero que cruza la puerta de entrada de San Miguel de Escalada le sorprende un bosque de columnas que le evoca a una mezquita más que a un monasterio leonés del siglo X. No anda desencaminado. En aquel tiempo el rey Alfonso III no contaba con gente en el norte para repoblar esta zona de frontera, así que recurrió a los cristianos «arabizados» que vivían en Córdoba ofreciéndoles tierras y trabajo. De la unión de estos artífices muladíes del sur y cristianos leoneses se levantaría este singular edificio prerrománico altomedieval que este año cumple el 1.100 aniversario de la consagración del templo en Gradefes.
Esta efeméride ha impulsado a los investigadores Artemio Martínez Tejera, Gerardo Boto Varela, Joaquín García Nistal, Vanessa Jimeno Guerra y Juan Luis Puente López, a abrir una línea de micromecenazgo en Internet para sufragar el estudio de la ornamentación arquitectónica del monasterio, uno de los aspectos del conjunto monumental de San Miguel de Escalada que, hasta el momento, no había sido abordado en todo su conjunto.
Sus conclusiones se recogerían en dos volúmenes cuya edición supone un coste de 8.000 euros. El primero, dedicado al Catálogo (Inventario), analizará la decoración arquitectónica (esculpida) del conjunto monumental, en gran medida inédita, mientras que en el segundo volumen se incluirán tres pormenorizados estudios sobre otros tipos de ornamentación medieval que conserva y atesora el edificio (graffitis, decoración en madera, marcas de cantería, etc.).
Su objetivo es «implicar a la sociedad en la cultura», explica Artemio Martínez Tejera, historiador del arte en la Fundación Santa María la Real y promotor de la iniciativa. San Miguel de Escalada fue erigido en una época de crisis económica como el actual. Una importante sequía había dejado tras de sí hambre y enfermedades, pero aún así se superó el reto que supuso su construcción gracias a la colaboración entre comunidades de distintas religiones.
A esta unión frente a la adversidad apelan hoy estos cinco investigadores para sacar adelante este proyecto editorial multidisciplinar, colectivo, de carácter conmemorativo y científico sobre el conjunto monumental compuesto por la iglesia de San Miguel (s. IX-XI), torre e iglesia de San Fructuoso, ss. XI-XII. «El patrimonio tiene que ser cuestión de todos», subraya Martínez Tejera.
Los micromecenas pueden aportar a partir de 35 euros y a cambio de su ayuda económica recibirán al menos un ejemplar de la obra y su nombre en los agradecimientos.
A través del micromecenazgo el Ayuntamiento de Barcelona ha obtenido más de 16.000 euros para restaurar los murales de la capilla de San Miguel del Monasterio de Pedralbes.
Una inscripción perdida.
De los orígenes del monasterio de San Miguel de Escalada daba cuenta su incripción fundacional desaparecida desde 1960, después de que tras una restauración acabara como peldaño en un campanario próximo.
Una recreación realizada por M. Risco (1976) y traducida por Artemio Martínez Tejera en 2011 con un diseño en soporte pétreo realizado por Cástor G. Ovies (Avilés) reza: «En este lugar, desde antiguo dedicado en honor del arcángel San Miguel, se construyó una obra pequeña que, después de ser consumida por las ruinas, permaneció durante largo tiempo derruida. Hasta que el abad Alfonso, con sus compañeros llegados desde la patria cordobesa, erigió el arruinado edificio en tiempos del poderoso y sereno príncipe Alfonso (III de Asturias, 866-910). Fue por el creciente número de monjes, precisamente por eso, por lo que se erigió con fundamento este hermoso templo, una obra admirablemente ampliada y engrandecida. Y se hizo así no por imposición de las autoridades, ni por opresión al pueblo, sino gracias a las constantes tareas de vigilancia ejercidas por el abad Alfonso y los monjes; gracias a su empeño se pudieron completar estas obras en 12 meses, coincidiendo con la finalización del reinado de García (I de León, 910-914) y la reina Mumadona, en la era 951 (año 913). Este templo fue consagrado por el obispo Genadio (865-937 aprox.) el día duodécimo de las Kalendas de diciembre (20 de noviembre)».