Un matrimonio de coleccionistas de pintura francesa muestra los cuadros que decoran su hogar
El museo de Orsay de París expone la colección de Marlene y Spencer Hays, que comenzaron en los años ochenta a interesarse por el impresionismo. Especializados en los pintores posimpresionistas Nabis, son dueños de obras de Degas, Caillebote, Vuillard, Redon, Bonnard... El matrimonio ha vaciado las paredes de su piso en Nueva York y su mansión de Nashville (Texas) para compartirla con el público.
Comenzaron coleccionando arte estadounidense del siglo XIX y XX, pero la pintura francesa los sedujo pronto. Marlene y Spencer Hays —dueños de varias exitosas empresas de venta a domicilio— son autodidactas del arte. El matrimonio empezó en los años ochenta a interesarse por el impresionismo en un momento en que ya casi nadie podía permitirse un cuadro de Van Gogh, Monet o Cézanne. Tras los nombres de los grandes maestros por los que todos suspiraban en las subastas, descubrieron a los pintores posimpresionistas del grupo de los Nabis.
Envueltos en una atractiva mística relacionada con el poder del color para provocar sensaciones y sentimientos, los pintores Nabis (entre los que estaban Vuillard, Pierre Bonnard, Odilon Redon,Maurice Denis y Paul Ranson) eran admiradores de Gauguin, se consideraban artistas adelantados a su tiempo (nabi en hebreo significa profeta) e interpretaban el arte como una manera de plasmar la realidad de manera subjetiva: el deseo de transpasar la mera reproducción de la realidad supuso el germen de la pintura abstracta.
Gran admirador de la cultura francesa, el matrimonio estadounidense quedó fascinado por la producción artística de estos pintores y comenzó una colección ahora representativa de la época. Para la exposición Une passion française. La collection Marlene et Spencer Hays (Una pasión francesa, la colección Marlene y Spencer Hays) la pareja ha vaciado las paredes con el fin de compartir sus adquisiciones con el público. En el Museo de Orsay de París hasta el 18 de agosto, la muestra revela el esplendor de las obras que atesoran los Hays en su apartamento de Nueva York y en su mansión de Nashville (Texas), ideada expresamente para albergarlas y basada en un palacete parisino del siglo XVIII.
Un toque doméstico.
Muchos de los cuadros y dibujos retratan la Belle Époque, la alegre vida parisina de los últimos años del siglo XIX. Las escenas de Anquetin, Forain, Béraud, Goeneutte y Steinlen muestran a la rica clase media, a las chicas jóvenes ocupadas en vestir a la última, los paseantes y los personajes sombríos mezclados en la luminosidad de la capital.
La versión inicial del cuadro de Fernand Pelez (1843-1913) Grimaces et Misère, les saltimbanques (Muecas y miseria, los saltimbanquis) es una de las joyas posimpresionistas de la muestra. La obra monumental del pintor francés de origen español descubre a una melancólica compañía de circo itinerante que cuestiona el romanticismo en torno a la pobreza urbana que existía tras los focos del espectáculo. Otras obras destacadas son la innovadora Fillettes se promenant (Niñas paseando) de Vuillard —esquemática como un collage— y dos obras maestras de Odilon Redon: La Fleur rouge (La flor roja) y Vase de fleurs y profil (Jarrón de flores y perfil).
La muesta cuenta con numerosos dibujos y estudios preliminares, notables por la espontaneidad del trazado. Los organizadores de la muestra destacan como favoritos de sus dueños las acuarelas que Bonnard realizó como bocetos para partituras musicales y un estudio de Toulouse-Lautrec para la portada de la revista L'Image. Otros trabajos llaman la atención por su toque doméstico y no cuesta imaginarlos en las estancias de una casa particular. Piezas como la hermosa langosta pintada por Gustave Caillebote en 1883 y Petit déjeuner après le bain (Desayuno después del baño) de Degas completan una colección privada que habita con inusual normalidad en el hogar del matrimonio Hays.