Roy Lichtenstein llena de arte pop la Tate Modern de Londres
La Tate Modern acoge la mayor retrospectiva realizada desde la muerte del artista. Podrán verse sus icónicos cuadros pop y también sus experimentos artísticos. En 1964, Life se preguntaba si era "el peor artista de los Estados Unidos". La exposición viajará al Centro Pompidu de París en julio.
En 1964, la prestigiosa revista Life publicaba un artículo sobre Roy Lichtenstein (1923-1997) con un llamativo título que se preguntaba: "¿Es el peor artista de los Estados Unidos?"; parafraseando a otro artículo publicado 15 años antes dedicado a Jackson Pollock que decía: "¿Es el mejor pintor vivo de los EE. UU.?".
Pollock, el maestro del expresionismo abstracto, era entonces -y sigue siendo- un mito del arte estadounidense; Lichtenstein, uno de los precursores del arte pop, un movimiento artístico que era atacado virulentamente por amplios sectores de la crítica, y un artista que parodiaba el arte abstracto en el que se había formado -hoy día es considerado también uno de los artistas más influyentes del siglo XX-.
Pese a la mala publicidad que le hacía Life, en ese mismo 1964 Lichtenstein se convertía en el primer norteamericano que exponía en la Tate Gallery de Londres, en el marco de la exposición "54-64: Painting and Sculpture of a Decade" (54-64: Pintura y Escultura de una década). 49 años después, la Tate Modern londinense acoge una retrospectiva sobre su obra que es la muestra más exhaustiva sobre Roy Lichtenstein realizada desde su muerte.
"Lichtenstein: Una retrospectiva" reúne alrededor de 125 trabajos del maestro del pop art -con permiso de Andy Warhol-, entre pinturas, esculturas y dibujos realizados entre 1959 y 1997 y puede verse en Londres hasta este 27 de mayo. Habrá otra oportunidad de verla en París, en el Centro Pompidu desde el 3 de julio al 4 de noviembre, tras haberse exhibido también en el Art Institute de Chicago y en la National Gallery of Art de Washington.
La exposición sirve para revaluar el trabajo de un artista que rompió con el expresionismo abstracto para crear un nuevo concepto de arte basado en las viñetas de cómic, los anuncios y la imaginería de la cultura de masas. La muestra incluye desde sus icónicos cuadros pop que lo hicieron mundialmente famosos, a sus series Brushstrokes (Pinceladas) o Espejos, sus incursiones en movimientos como el cubismo o el art decó, las reinterpretaciones de obras de Picasso o Matisse o sus últimas series dedicadas a Desnudos o Paisajes chinos.
Mickey y Donald se hacen arte.
A finales de los 50, Roy Lichtenstein empezó a forcejear con el expresionismo abstracto para buscar un estilo propio. Y en 1961 y, aceptando el reto de uno de sus hijos, que apostaba a que su padre no era capaz de dibujar tan bien como que había hecho el Mickey Mouse del cómic Donald Duck Lost and Found, creó Look Mickey. Era su primera pintura pop -aunque no fue expuesta en público hasta 1982-. Tenía 37 años y fue el paso adelante que marcaría el curso de su carrera.
A partir de entonces, el artista comenzó a experimentar e incorporar a sus obras imágenes de tiras de cómic, anuncios de periódicos y otras imágenes de la cultura de masas estableciendo la dicotomía entre la forma artística y el contenido comercial popular. También se pueden ver en la Tate ejemplos de ello como Sponge (1962) o Spray (1962), extraídos de anuncios que retratan a la mujer como una extensión más del electrodoméstico en la cultura consumista norteamericana.
Convertido ya en un artista protegido de Leo Castelli, el famoso marchante de arte de Nueva York, Roy Lichtenstein se centró en dos de los temas que lo harían mundialmente famosos: la guerra y las novelas de amor, a los que la Tate dedica una sala. El artista se basó en cómics como All-American Men of War y Girls' Romances para explorar con sus cuadros esas historias melodramáticas y los estereotipos de los roles sexuales vigentes en los medios de masas americanos. Drowning Girl (1963) o Hopeless (1963) -en la imagen que acompaña a estas líneas, propiedad del Kunstmuseum Basel- muestran primeros planos de mujeres que viven situaciones de angustia o las violentas escenas de batallas como Bratatat! (1962) o Whaam! (1963).
En estas obras, Lichtenstein imitaba las técnicas de la impresión industrial de cómics utilizando una paleta de colores primaria y los "Benday dots", los "puntos Benday", una técnica que consiste en la combinación de puntos de colores para formar nuevas tonalidades.
Pinceladas y blanco y negro.
La Tate Modern también dedica una sección a las famosas "Pinceladas" (Brushstrokes), con las que el artista parodiaba el expresionismo abstracto, pues, frente a la carga emocional y la expresión espontánea de las pinceladas de Pollock o Koonning, las de Lichtenstein era el resultado de un acto controlado. Ejemplos de estas pinceladas son obras como Little Big Painting (1965) o Brushstroke with spatter (1966) o la escultura Brushstroke que podemos ver en Madrid en el acceso de la ampliación del Museo Reina Sofía.
Los experimentos de Lichtenstein con la paleta de blanco y negro en objetos funcionales de uso diario como en sus series dedicadas a ruedas y ovillos de lana y sus series sobre paisajes y marinas en los que experimenta con efectos ópticos y materiales como el plexiglass o el rowlux, también tienen su espacio en la exposición.
La Tate también dedica espacios a las 'Modern series' que cultivó a finales de los sesenta, sus experimentos con los espejos y sus reflejos, los denominados "entablatures" (entablamientos) y a sus series "Perfect/Imperfect" (Perfecto/Imperfecto), uno de sus trabajos menos conocidos y que supusieron su incursión más profunda en la abstracción.
El arte sobre el arte.
En paralelo a toda su trayectoria, Lichtenstein estuvo muy interesado en el diálogo con los artistas del pasado y realizó, bien obras que exploraban estilos como el cubismo, el impresionismo o el surrealismo, o se dedicó a transformar o imitar al modo pop obras de pintores como Monet (sus series de la Catedral de Rouen) o su admiradísimo Picasso -"el mejor artista del siglo XX", en sus palabras-, como en Femme d'Alger (1963), una reinterpretación de Mujeres de Argel (1955).
Inspirado precisamente por las pinturas El estudio rojo y El estudio rosa de Henri Matisse, ambas de 1911, Lichtenstein pintó cuatro pinturas monumentales para su estudio. Tres de ellos se han juntado por primera vez para esta exposición desde que se exhibieron en 1974 en Nueva York. En estos paneles, como en Artist's Studio 'Look Mickey' (1973), el artista neoyorquino representó parte de sus obras reconocidas mundialmente, como el mismo Look Mickey o el teléfono de R-R-R-R-Ring!! (1962) o el sofá de Couch (1961).
Las últimas salas de la exposición están dedicadas a la obra tardía del artista, como sus cuadros dedicados a desnudos a gran escala y en los que tomaba como modelo sus antiguos recortes de cómics para desnudarlos literalmente, como en Nude with Beach Ball (1994) y Blue Nude (1995) -en la imagen izquierda, de colección privada; o su vuelta a partir de 1995 al género del paisaje fascinado por la simplicidad del arte chino, que tuvo como resultado más de 20 cuadros inspirados en las pinturas de la Dinastía Song (960-1279).
Al final, la Tate Modern no deja un solo rincón de la obra de Lichtenstein sin explorar, para fundamentar porque se ha convertido en un auténtico icono artístico, aunque le pesara a Life.