La caja registradora de cultura
Los edificios emblemáticos recaudan casi cuatro millones al año por el alquiler de sus espacios para bodas, congresos y eventos.
Cultura y dinero se han unido para no divorciarse jamás. Durante muchos siglos la cultura fue un concepto inseparable de la religión y del conocimiento teológico, en Grecia estuvo marcado por la filosofía y en Roma por el Derecho, en tanto que en el Renacimiento lo impregnaban sobre todo la literatura y las artes. En la Ilustración fueron la ciencia y los grandes descubrimientos científicos los que dieron el sesgo principal a la idea de cultura. En pleno siglo XXI, la cultura ha de ir vinculada a la economía. A la primera se le exige ser rentable. Ya no se puede permitir el lujo de vivir de espaldas al euro. Expresado así puede sonar utópico o irreal, pero las señales marcan un camino muy definido cuya meta es prescindir al máximo de la aportación pública.
La caja registradora de la cultura está en funcionamiento desde hace años. Una de las herramientas para tratar de colmar de euros el balance económico pasa por el alquiler de las salas de los edificios culturales. En la Comunitat casi cualquier espacio de valor arquitectónico está disponible, pero aún no se ha tocado techo.
La dirección general de Cultura ultima un proyecto para potenciar la explotación de espacios culturales dependientes de la conselleria, regularizando y promoviendo esta iniciativa entre los espacios más emblemáticos. «El rendimiento económico de los alquileres revertirá directamente en la actividad cultural», avanzan desde el departamento que dirige María José Catalá.
El Museo de Bellas Artes de Valencia, el Centro del Carmen y el Monasterio de San Miguel de los Reyes formarán parte del listado de los inmuebles con valor histórico que estarán disponibles para particulares, empresas y organismos. Hasta ahora sólo se cedían estos espacios a patrocinadores e instituciones públicas.
Desde Cultura están trabajando en las tarifas para que sean aplicables a todos los inmuebles culturales, pero aún no están aprobadas. Por la sala del Dormitorio o del Refectorio del Centro del Carmen no sería descabellado solicitar alrededor de los 4.000 euros, mas teniendo en cuenta que el hall del IVAM se cotiza a 5.000 euros la jornada completa.
El requisito exigible para todos ellos, tal y como sucede ahora, es que haya un pagador dispuesto a abonar la tarifa. Y haberlos, haylos. Algunos tienen nombre y apellidos conocidos, como los del futbolista Raúl Albiol y Alicia Roig o el empresario Yahya Abou-Khadour Montaño y la periodista Carla Zorita Padilla. Celebraron el banquete nupcial en el Palau de les Arts. Alquilaron los recintos del coliseo lírico para despedirse de la soltería. No han sido los únicos. El pasado año la casa de la ópera de Valencia ofició tres bodas. Desde que comenzó 2013 se ha celebrado otro enlace en marzo y tiene otros tres cerrados.
Les Arts puso a disposición de los prometidos sus instalaciones en junio de 2011. Quien contrae matrimonio en el auditorio lírico demuestra no sólo elegir un enclave espectacular de la ciudad sino también liquidez. Las tarifas de sus espacios oscilan desde los 3.000 euros por las terrazas laterales hasta los 50.000 euros de la sala principal. El foyer ronda los 4.000 euros.
Detrás de estas cifras, más o menos prohibitivas o más menos accesibles en función del nivel económico del cliente, se esconde un alivio para las arcas públicas y la gasolina económica del centro cultural. En los primeros cinco meses de 2013, el alquiler de espacios para bodas, eventos empresariales o actos socioculturales ha aportado alrededor de 300.000 euros al balance financiero de Les Arts.
En 2012, esta cifra ascendió a 1.075.000 euros en concepto de alquiler de sus espacios. Estos fueron requeridos un total de 39 veces. Presentaciones comerciales, congresos, convenciones, cenas de empresa y talleres de trabajo fueron algunas de las principales actividades a las que la casa de la ópera les dio cobijo.
Los emplazamientos más demandados por empresas, asociaciones y particulares son el vestíbulo principal, el aula magistral y el restaurante Los Toros; le sigue el Auditorio, que, con sus más de 1.400 localidades, es la opción para los eventos de mayor afluencia de público.
En esa línea de rentabilizar al máximo las estancias del coliseo se profundiza con la apertura de Cuinart, el restaurante ubicado en el salón del Turia, que pondrá sus fogones en marcha en junio. Un equipo comandado por los cocineros Javier y Jorge Andrés (chefs avalados por su experiencia en los restaurantes La Sucursal y Vertical) se ocupará del servicio. El restaurante funcionará independientemente de la programación del coliseo. Estará permanentemente disponible (cerrará sólo domingos por la noche y el lunes), incluso los meses de verano en los que el auditorio no tiene actividad y los días en que no hay programación operística. Los gestores desean crear un lugar asequible para la mayoría.
No todos los bolsillos pueden costearse el Palau de les Arts ni tampoco necesitan tanto. Para gustos, colores y para preferencias, clientes. Empresas y asociaciones se decantan por enclaves céntricos, e incluso declarados Monumento Nacional como los edificios de la Diputación de Valencia, que ingresó 158.000 euros por el alquiler de sus bienes inmobiliarios en 2012.
La plaza de toros es el principal reclamo de esta institución. En 2012, se recaudaron 139.355 euros por la cesión del coso de la calle Xàtiva, un 40% más que en 2011 (85.000 euros). En 2010 apenas reportó 1.990 euros.
Tras el monumento diseñado por Sebastián Monleón Estellés continúa el Teatro Principal (13.536 euros en 2012), el Centro Cultural La Beneficencia (3.181 euros), el MuVIM (1.151,79 euros) y el Teatro Escalante (837,27 euros). En estos espacios, la tendencia recaudatoria ha ido a menos respecto a años anteriores. Así, el alquiler de salas de La Beneficencia aportó 10.430 euros en 2011 y del Principal, 17.358 euros.
El Círculo de Enófilos de Utiel-Requena, la Fundación Isaac Albéniz, la Asociación Valenciana de Esclerosis Lateral Amiotrófica, la Universidad Politécnica de Valencia, la Federación de Entidades Culturales Andaluza de la Comunitat, la Fundación GEA de la Comunitat Valenciana, la Fundación por la Justicia, una empresa farmacéutica y un bufete de abogados fueron algunos de los huéspedes temporales de las instalaciones de la Diputación.
La variedad de enclaves entre los que elegir y la crisis han repercutido negativamente en el Palau de la Música y el IVAM. En 2012, el auditorio valenciano logró alrededor de 300.000 euros y el IVAM ronda los 37.000 euros en concepto de explotación comercial de sus dependencias.
En el museo valenciano es cada vez más frecuente que la cesión de espacios se geste a través de acuerdos entre instituciones (ya sean colegios profesionales o patrocinadores de la pinacoteca).
El Palau de la Música acogió alrededor de 40 eventos el pasado año: galas de graduación universitaria, congresos, presentaciones de productos, actos empresariales, conferencias y otros eventos. Incluso hubo un tiempo que acogía juntas de accionistas del Banco de Valencia. Esa etapa ya pasó.
El mayor inconveniente del Palau de la Música radica en que la programación está por encima de cualquier otra actividad externa. Desde el auditorio han rechazado alquileres porque «el más mínimo sonido puede perjudicar a la celebración de un concierto». La sala Rodrigo, el espacio Iturbi y el vestíbulo de los naranjos son los más demandados.
A pleno rendimiento.
Al margen de Les Arts, la recaudación funciona a pleno rendimiento en los edificios de la Ciudad de las Artes y las Ciencias (Cacsa). La expresión «marco incomparable» viene como anillo al dedo para estos inmuebles. El complejo del trencadís ha ingresado durante estos años por la cesión de instalaciones e imagen más de 23 millones de euros, a razón de más de dos millones al año. La ciudad diseñada por Calatrava suma más de 2.500 actos: congresos, convenciones, reuniones, cenas, presentaciones de productos, anuncios, reportajes fotográficos o grabación de escenas de películas. Sus instalaciones también acogen celebraciones familiares. Una de las últimas bodas la protagonizó Juana Roig, la hija pequeña del empresario valenciano Juan Roig. El banquete nupcial se celebró en l'Hemisfèric, que se asentó en el antiguo cauce en 1998.
Una veintena de espacios están a disposición del mejor anfitrión. Todas las salas se alquilan y los precios varían, desde los 600 euros de la sala polivalente del Museo Príncipe Felipe hasta los 40.000 euros del Ágora pasando por los 1.500 euros de algunas zonas exteriores o los 3.000 euros de algunas sectores de Arquerías del museo.
Desde Cacsa apuntan que las tarifas de alquiler de las distintas estancias «dependen del tipo de acto que se celebre, de las necesidades que tengan los organizadores en cuanto a montajes, desmontajes, necesidades técnicas y logísticas, el número de días y la temporada en que se solicite su alquiler».
Las principales marcas automovilísticas, las multinacionales o las firma de lujo han utilizado los espacios del complejo para presentar sus productos, realizar sus convenciones o grabar sus campañas de marketing. La Ciudad de las Artes y las Ciencias atrae la atención de particulares, empresas y también de organismos oficiales, como la Asamblea Anual del Banco Africano de Desarrollo, la Campus Party, la V Conferencia Euromediterránea, el V Encuentro Mundial de las Familias, la reunión plenaria del Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático (IPCC) y la primera Conferencia Mundial de Biodiversidad Marina, entre otros eventos.
El Ayuntamiento de Valencia también pone a disposición del mejor postor sus inmuebles culturales, salvo la Lonja. El Palacio de la Exposición es el más demandado para todo tipo de celebraciones, según el Consistorio, que no facilitó los ingresos por el alquiler de los edificios municipales. Esta cantidad se sumaría a los más de 3.590.000 euros que recaudan Cacsa, Les Arts, la Diputación, el Palau de la Música y el IVAM.