El Ayuntamiento malvendió sus cuadros al 40% del precio al que estaban tasados
El Ayuntamiento de Madrid perdió hasta 163.000 euros al subastar obras por la quiebra de una de sus empresa municipales.
La casa de subastas Ansorena adjudicó el pasado martes un total de 26 cuadros de la empresa municipal Madrid Espacios y Congresos (Madridec), que ingresó 322.000 euros por esta venta. La operación, forzada por la quiebra y disolución de la sociedad tras años de una gestión cuestionable que el propio Ayuntamiento achaca ahora a fines “políticos”, supondrá un ligerísimo alivio para las arcas municipales. Pero sólo puede calificarse de negocio ruinoso, puesto que los cuadros se han vendido a un precio muy inferior a su valor estimado. No se trata en cualquier caso de un hecho aislado: la descomunal deuda acumulada por el Ayuntamiento, gobernado desde hace 22 años por el Partido Popular, ha colocado al borde de la desaparición a varias empresas municipales, que están liquidando sus activos a precios inferiores a los de mercado para mantenerse a flote a corto plazo aunque sea a costa de esa merma patrimonial.
Saldo de arte moderno.
La subasta del pasado martes incluía al menos cuatro cuadros que fueron adjudicados un precio inferior a la estimación de su valor detallada en el inventario de la empresa municipal. Se trata de las principales obras a la venta en esta operación; Madridec ha declinado informar a este periódico sobre los detalles de la operación.
"Cuadro 3" (1964), del pintor canario Manuel Miralles (1926-1972), salió a la venta por 150.000 euros y fue adjudicada a ese precio a un comprador que presentó su oferta por escrito, según la publicación especializada ARS Magazine. Esa misma pieza (aunque catalogada con el nombre de “arpillera”, la fibra textil sobre la que está pintada) figura en el inventario municipal con un precio de 187.116 euros.
"Sol y Sombra" (1963), del pintor andaluz José Guerrero (1914-1991), salió a subasta por 30.000 euros y fue adjudicada a un comprador en la sala de Ansorena por 46.000 euros. La obra aparece en el inventario sin título y con un precio asignado de 54.041 euros; según consta, estaba colgada en el despacho de un alto directivo de la empresa municipal.
"Metamorfosis" (Buhonero), una obra de 1960 del pintor andaluz Manuel Rivera (1927-1995), fue vendida por la cantidad fijada para el inicio de la subasta, 25.000 euros. En el inventario municipal figura, sin título, con un precio de 50.663 euros.
"Arlequín", del pintor catalán Antoni Clavé (1913-2005), fue adjudicada también a 40.000 euros, el precio de salida. En el inventario municipal figura por 80.386 euros; según consta en el documento, estaba colgada en las dependencias del presidente de la empresa municipal.
Estas cuatro obras fueron vendidas pues por 261.000 euros, pese a que su valor inventariado asciende a 372.000 euros. Sin embargo, al precio de subasta hay que restarle la comisión que se lleva Ansorena, que según fuentes del sector oscila entre un 15% y un 20% del precio de remate. Eso limitaría los ingresos del Ayuntamiento por estos cuadros entre 209.000 y 222.000 euros. Habría perdido así entre 150.000 y 163.000 euros en la operación, o lo que es lo mismo, habría vendido los cuadros por un precio entre un 40% y un 44% inferior a su valor inventariado.
Una empresa en liquidación.
Madridec, usada como inmobiliaria municipal y palanca financiera por el anterior alcalde, Alberto Ruiz-Gallardón (PP), se encuentra en quiebra técnica. El Ayuntamiento anunció el pasado miércoles su liquidación inmediata: sus activos y deuda pasará a Macsa, la empresa que gestiona los teatros y actividades culturales municipales. Madridec cerró 2012 con 24,3 millones de pérdidas, y eso pese a que el Ayuntamiento le hizo una transfusión urgente de 30 millones y pagó sus deudas pendientes con proveedores (52 millones); sólo en los primeros meses de 2013 perdió otros cinco millones. Arrastra una deuda financiera de 304 millones de euros, de los que debe amortizar 52 este año. Sin embargo, apenas tiene ingresos: este año prevé ingresar prácticamente lo mismo que el anterior, 16 millones.
Entre las medidas desesperadas adoptadas este año para evitar (sin éxito) su disolución, la empresa aprobó un expediente de regulación de empleo que se zanjó con 25 despidos. Tiene ahora 60 trabajadores, cuyo destino se desconoce. Hay además otros 38 que irán a la calle si el Ayuntamiento no saca a concurso los servicios de hostelería del Palacio Municipal de Congresos. Madridec cerró a principios de abril la venta del edificio Apot, en Campo de las Naciones, por 42,5 millones de euros. Sin embargo, la empresa compradora recibirá 43 millones del Ayuntamiento en los próximos 10 años en concepto de alquiler del inmueble para albergar el área de Urbanismo. La empresa trata de colocar desde hace tiempo otro edificio, en la calle Montera 25-27, que ofrece a 41 millones de euros pese a que lo compró por 55 hace ocho años. En 2011, vendió una gasolinera en Campo de las Naciones por 7,7 millones, dejando de ingresar así tres millones anuales de alquiler. La empresa reconoce eso sí que esta progresiva merma de patrimonio, que la está salvando ahora de la ruina, también la está condenando, puesto que corta su principal fuente de ingresos, el alquiler.
Entre los activos que podrían pasar a Macsa tras la disolución de Madridec se cuentan el Palacio Municipal de Congresos, los recintos feriales de la Casa de Campo (incluido el Madrid Arena) y la Caja Mágica. El Ayuntamiento quiere ceder todas las instalaciones posibles a empresas privadas a cambio de un canon fijo. Más difícil lo tiene con el centro acuático, a medio construir, y que podría convertirse en un centro comercial si Madrid no logra en septiembre los Juegos Olímpicos de 2020; y con la parcela donde se iba a ubicar el centro de convenciones de la Castellana, con la que no sabe qué hacer (en todo caso, cualquier cosa excepto un centro de convenciones).
Edificios rebajados.
Madridec no es la única sociedad obligada a saldar sus activos para evitar la quiebra. La Empresa Municipal de la Vivienda compró ocho parcelas en el momento álgido de la burbuja inmobiliaria, entre 2006 y 2008, pagando por ellas 247 millones de euros. Ahora esos terrenos valen 77 millones, pero la empresa debe 195 millones a los bancos por ellos. Para salir a flote, la sociedad puso a la venta en abril 1.860 pisos (una quinta parte de su parque total de viviendas). Aspiraba a recaudar 120 millones, pero la operación es ruinosa: calcula perder 10 millones al vender los pisos por debajo de su valor.