Las 70 prendas imprescindibles para entender el diseño de moda de los últimos cien años
Un libro repasa la evolución y los momentos álgidos de 'grandes éxitos' como los vaqueros, el jersey de cuello alto, las chanclas... Cada prenda tiene un apartado ilustrado con carteles, fotos de iconos de la cultura popular, anuncios, bocetos e imágenes de pasarelas de todas las épocas. "Biquinis, pantalones de campana y vestiditos negros" examina el contexto social de cada prenda y las caras conocidas que las popularizaron.
Antes de los años veinte, era impensable que una mujer joven y correcta vistiera de negro, un color asociado al luto y a la servidumbre. La diseñadora Coco Chanel reinventó en 1926 la manera en que una mujer podía llevar un vestido negro: holgado, de manga larga y con sutiles detalles diagonales, la prenda moderna y versátil fue un éxito instantáneo que se podía adaptar a cualquier ocasión y presagiaba una nueva manera de interpretar la indumentaria según los complementos.
Lo que decidimos ponernos cada día es el resultado de un momento social, un contexto histórico, las corrientes artísticas, los ídolos... Las camisas de cuadros, los pantalones de cuero, las chanclas, la camiseta bretón de rayas, el chándal, las zapatillas de lona. Algunos no se marchan nunca y otros van y vienen con alguna actualización, todos tienen una historia y dejan su huella en el diseño y en la trayectoria de la moda.
El libro Bikinis, Bell-Bottoms and Little Black Dresses (Biquinis, pantalones de campana y vestiditos negros), publicado por la editorial británica Merrell, repasa la evolución, las características y los momentos de fama de 70 prendas clásicas de los últimos 100 años, piezas clave que han ayudado a definir la estética de una época.
Ropa de esquimales, marineros, buscadores de oro...
Cada apartado está ilustrado con carteles, retratos de personajes famosos, anuncios, bocetos y fotos de pasarelas de todas las épocas. La autora, Kate Mulvey —periodista y escritora especialista en moda— examina los orígenes de la prenda, la sitúa en un contexto histórico y social, explora su impronta en la cultura popular, destaca los nombres asociados a ella y su legado en la historia de la moda.
En muchos casos, la prenda se inventó para darle un uso específico y se utilizó tradicionalmente en contextos muy determinados: la parka era la prenda de abrigo de los inuit, el jersey de cuello alto era el atuendo de los marineros franceses, los vaqueros eran la indumentaria sufrida de los buscadores de oro y de los constructores del ferrocarril en la California del siglo XIX. Las tres son ahora unisex y universales y están presentes en los armarios de cualquier clase social.
Las bailarinas de Audrey Hepburn.
La gran impulsora de las bailarinas (descendientes de las zapatillas de ballet) en los años cincuenta fue Audrey Hepburn; la imagen de la gabardina como prenda "cargada de autenticidad y un heróico sex-appeal" tiene su origen en la popularidad que le dio Humphrey Bogart; el resurgimiento del uso generalizado de la parka en los años noventa tuvo que ver con que se convirtiera en el abrigo diario de los hermanos Gallagher de Oasis (ávidos seguidores de la estética mod) y en una prenda frecuente de la modelo londinense Kate Moss.
Sirviéndose de algunas de las caras más famosas del último siglo, Mulberry identifica el momento en que las prendas vivieron su momento de auge con el uso que le dieron actores y actrices, cantantes, diseñadores, pintores y otras figuras públicas para demostrar el poder creativo y el significado histórico de lo que guardamos en el armario.