Los trabajadores de la SGAE piden el «cese inmediato» de la directora general
La responsabilizan del medio centenar de despidos que estudia realizar la entidad, y la acusan de derrochar casi ocho mil euros en la redecoración de su despacho.
El comité de empresa de la SGAE envió ayer a su presidente, Antón Reixa, una carta mostrando su malestar ante las informaciones aparecidas este fin de semana sobre la posible aprobación de un plan que supondría el despido de 56 trabajadores (27 de carácter inmediato) y la contratación de otros cuatro. Un plan que será votado en el próximo Consejo de Dirección de la SGAE.
En la misiva, a la que ha tenido acceso este periódico, el comité de empresa afirma que «ante los permanentes engaños por parte de Doña Natalia Garzón Pacheco y después de las informaciones aparecidas en la prensa, pedimos el cese inmediato de la Directora General en sus funciones», al considerar que ella ha sido la instigadora de dicho plan, que ahora otros quieren endosar a Antón Reixa.
Redecoración del despacho.
Ante esta alarmante petición, Reixa, acompañado por los cuatro vicepresidentes de la entidad (Teresa Alfonso vía telefónica), se reunió ayer por la tarde con el comité -también asistió Garzón, invitada por el presidente- para tranquilizar los ánimos de los trabajadores, que, entre otros puntos, se han quejado en reiteradas ocasiones de los gastos realizados por Garzón, excesivos en tiempos de austeridad.
Con ello se refieren a los casi ocho mil euros que costó la redecoración de su despacho -antes de Teddy Bautista-, cantidad camuflada para que no tuvieran que pasar por la aprobación de la Junta Directiva (necesaria a partir de los 6.000 euros), pues el gasto total fue desglosado en dos facturas, de 2.071,48 euros y 5.756,41 euros. Algo que el propio Reixa conoce y critica en una carta remitida hace unos días a Antonio Onetti y a Fermín Cabal, en respuesta a la misiva enviada por éstos -y de la que se hizo eco ABC- a la Junta Directiva para pedir la salida «honorable» del presidente. «Tengo indicios de que la redecoración de su despacho superó los 6.000 euros y no fue aprobada en ningún órgano de gobierno y la certeza de que lo inoportuno de esta iniciativa absurdamente suntuaria en un tiempo de ajustes provocó la reprobación del comité de empresa. Ella me lo ha ocultado», asegura el presidente de la SGAE.
Garzón también hizo un pago de 6.352,50 euros a la empresa head hunter Silliger y Conde para la selección del director de sistemas, un pago, de nuevo, «no autorizado por nuestro consejo» como el propio Reixa reclama en la carta a Onetti y Cabal. Estos gastos, bajo cuerda, se suman al paso de facturas, de mucha menor cuantía, de productos de uso personal.
El enfado de Miguel Ríos.
Pero el plan de despidos de la SGAE no solo ha enfurecido al comité de empresa, también a uno de sus socios más ilustres y miembro de la Junta Directiva, Miguel Ríos, que ayer mismo remitió otra carta a la directora general reprochándole el contenido del plan y el procedimiento. El cantante, que confiesa su «estupor» por enterarse por la prensa del documento elaborado por Boston Consulting Group, afirma que no le gustaría «ser cómplice de la ruina de más de cincuenta familias». Le pide además que le remita el informe elaborado por la consultora que «se discutirá en el próximo Consejo de Dirección». Y de esta manera conocer a qué atenerse el día de la Junta Directiva. «El asunto es tan grave que no consiento estar, una vez más, esperando la información que llega el mismo día de la Junta».
La destitución de Reixa, en el orden del día.
Entre tanto correo electrónico, ayer fue remitido a los miembros de la Junta Directiva uno de relevante importancia. Firmado por uno de los vicepresidentes, Fermín Cabal, este solicita la inclusión como punto del orden del día de la próxima Junta Directiva, a celebrarse el día 16, «la posibibilidad de una votación acerca de la continuidad del presidente y, en su caso, la votación para la elección de uno nuevo». En caso de que Reixa fuera depuesto y no se votara por un sustituto en ese momento, sería presidente interino el vicepresidente de más edad, en este caso Miguel Hermoso. Él mismo ha manifestado su rechazo a esta posibilidad.