net.art: el arte más accesible
No hace aún 20 años, en 1994, que la tecnología informática se ponía al servicio de la comunicación, ofreciéndose como soporte estético de esta y dando lugar a un arte nuevo, como todos al ver la luz rebelde, subversivo, dispuesto a contrariar algunos de los postulados de la época y, con más fuerza aún, a la institución artística. Nacía el net.art, amparado en las nuevas tecnologías, concebido exclusivamente en internet y para internet.
En la estela de movimientos ideológicos y artísticos revolucionarios del siglo XX como el dadaísmo o, más adelante, los situacionistas del mayo francés, el net.art irrumpía en escena bajo sus propias normas, lejos de circuitos tradicionales y proponiendo una democratización del arte sin precedentes. Su manifiesto, que se encuentra fácilmente en la red esculpido en una metafórica lápida, es obra de Natalie Brockchin y Alexei Schulgin y bajo el título Introducción al net.art. El modernismo definitivo, nos descubre un arte en el que internet es la vía y la interactividad con el usuario el modelo comunicacional.
Hoy, en un momento en el que las herramientas tecnológicas han evolucionado hasta convertir el acceso a internet en una pasada de pulgar por nuestro smartphone durante un trayecto en metro, este juego del net.art tiene mucho más sentido: la conectividad es más real (o virtual) que nunca. El acceso a las obras de los ‘netartistas’ es fácil y barato, más que en cualquier otro tipo de arte. Sin duda, una opción low cost que, según aquellos que se han adentrado en su red interminable de hipertextos e imágenes numéricas, acaba produciendo en el espectador una sensación inquietante – quizás por el impacto del hipermedia – y en cualquier caso novedosa e incluso adictiva.
Entre los referentes del net.art se encuentran nombres como Claude Closky, artistas francés de reconocida trayectoria, Jodi, el dúo formado por el holandés Joan Heemskerk y el belga Dirk Paesmans o Young He-Chang Heavy Industries, un proyecto integrado por la artista coreana Young Hae Chang y el poeta americano Marc Voge. En cuanto a España, el número de ‘netartistas’ disminuye considerablemente en comparación con otros países europeos. Además del considerado padre del net.art en nuestro país, Antoni Muntadas, algunos artistas como Daniel Andújar, responsable del proyecto Technologies to the People, Antoni Abad o Dora García adscriben su trabajo al arte en los nuevos medios.