Arqueólogos alertan del abandono de un santuario rupestre en Corme
La proliferación de restos rupestres en diversos puntos de Galicia ha propiciado que muchos de estos yacimientos no hayan salido a la luz o que, en el caso de hacerlo, no hayan recibido la atención que merecen. En esta última situación se encuentran, según denuncia un matrimonio de arqueólogos franceses, los petroglifos localizados en un paraje del litoral de Corme (Ponteceso) y que por su singularidad convierten el lugar un enclave único.
Marie-Claire y Jean Pierre Auffret, miembros del Grupo de Estudio, Búsqueda y Conservación del Arte Rupestre (Gersar), tuvieron ocasión de visitar en días pasados, de la mano del investigador de origen lucense Pablo Novoa, la zona del escarpado litoral cormelán en la que se encuentran diseminados -y en muchos casos, ocultos por la maleza- casi una veintena de puntos arqueológicos.
De todos ellos, el que más llamó su atención fue el conocido como Petón da Campaíña: por su posición, dominando todo el entorno; por la localización de los grabados, al abrigo de una formación granítica, y por la naturaleza de estos, puesto que, además de círculos, líneas y otros trazados geométricos, presentan figuras antropomórficas, como pies y manos./p>
Los investigadores galos, visitantes asiduos de Galicia, mostraron su sorpresa por haberse topado con petroglifos que, en contra de lo que es habitual en la comunidad, no se encuentran a ras de suelo, y que presentan además notables paralelismos con los localizados al sur de París, en la zona de Fointaneblau. En su opinión, los grabados de Corme podrían tener una antigüedad de 5.000 años y el lugar, un abrigo natural cuya entrada mide cuatro metros de ancho por dos de alto, habría sido empleado por los moradores de la zona como una especie de santuario ritual.
