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El Museo d’Orsay de París rompe el tabú del desnudo masculino

El Museo d’Orsay de París rompe el tabú del desnudo masculino

Una exposición revisa la imagen del cuerpo del hombre a través de la Historia del Arte.


La gran exposición del Museo d’Orsay, comisariada por Guy Cogeval, presidente del centro, tiene un gran antecedente que en su día ya fue escandaloso, la muestra «Nackte Männer» («Hombres desnudos») del Leopold Museum de Viena. Cogeval comenta de este modo las diferencias de fondo de ambos proyectos: «Nosotros hemos retomado el concepto, pero cambiado el contenido. La exposición vienesa afrontaba problemas germánicos y vieneses. Nosotros proponemos una visión general del desnudo masculino, desde 1800 hasta hoy, utilizando nuestros propios fondos, con la excepción de Schiele y Gerstl».


El desnudo femenino ha sido objeto de incontables estudios, manifestaciones y proyectos museísticos. El masculino, por el contrario, ha sido víctima de un oscuro pero pertinaz rechazo, de muy diversa naturaleza.


«Masculino/Masculino» ofrece una primera aproximación que tiene muchos capítulos, pictóricos y fotográficos. Desde el «estudio anatómico» de Patroclo, realizado por David (1780) al «Mercurio» (2001) de Pierre & Gilles, pasando por la legendaria «Escuela de Platón» (1900) de Jean Delville a los desnudos íntimos de Lucian Freud, más de doscientas obras (de lo sublime a lo «profano», rozando el «porno soft»), presentan una primera gran visión del desnudo masculino, evitando con mucho pudor obras y temas que hubieran podido chocar violentamente.


Quedan fuera de la muestra, por ejemplo, legendarias imágenes religiosas (Jesús y los apóstoles). La entrada en un gran museo clásico de creadores como Pierre & Gilles, por otra parte, se propone con relativa discreción, evitando presentar obras que hubiesen añadido inflamables provocaciones. El gran arte neoclásico y simbolista, muy presente en las colecciones francesas, ocupa un puesto excepcional, claro está, bien justificado.


A juzgar por esta exposición, el desnudo masculino del siglo XIX en la Historia del Arte de nuestra civilización posee siempre una «virilidad» que comenzará a «descubrir» la homosexualidad en el umbral del principio de siglo.


Sensibilidad erótica.

Pastores, héroes de la antigüedad, algunos personajes rústicos, alegorías de figuras míticas, están representados con pudor apolíneo, cuyos velos irán «cayendo» con cierta «osadía» cuando algunos pintores simbolistas comienzan a acentuar intimidades y sensibilidades eróticas con pudor apenas contenido, exponiendo su desnudez en forma de pasión o calvario atormentado.


La mujer y el desnudo femenino tuvieron un papel decisivo en la irrupción de las grandes revoluciones de entreguerras (surrealismo, etcétera). Hubo bastantes homosexuales entre los grandes creadores «subversivos». Sin embargo, la homosexualidad masculina es menos palmaria en la historia del gran arte surrealista, para «desaparecer», forzosamente, cuando el arte occidental se precipita en la abstracción, el expresionismo abstracto y los «ismos» que vendrían.


Retomando la tradición de las nuevas figuraciones que siguieron a los movimientos de entreguerras (Nueva Objetividad, Valori Plastici, Noucentisme, realistas americanos, etcétera), las tendencias figurativas del último medio siglo (Escuela de Londres, escuelas pop, escuelas españolas, italianas y francesas) dieron un nuevo impulso al desnudo masculino. Lucian Freud no es el único gran artista que pinta autorretratos desnudos.


Algunos creadores españoles (ausentes en esta exposición) llegan a «incrustarse» desnudos en sus creaciones íntimas. Y, finalmente, la fotografía confiere al desnudo masculino una dimensión radicalmente nueva. A partir de los años cincuenta y sesenta del siglo XX, muchos artistas homosexuales irrumpen de manera muy brillante en la escena artística. «Masculino/Masculino» concede mucha importancia a los artistas francesas (Pierre & Gilles), entre la militancia homosexual y la «transgresión» iconográfica.


No es fácil «resumir» dos siglos de creación artística a través de doscientas obras. Los especialistas quizá echen en falta obras, creadores, escuelas. El gran público descubrirá, sorprendido, sin duda, un tema que ayer mismo hubiese parecido «escandaloso», al que hoy abre sus puertas un gran museo nacional, en busca de emociones fuertes que atraigan a la declinante clientela cosmopolita de la crisis, que sigue haciendo estragos.

Compartir | Recomendar Noticia | Fuente: ABC (JUAN PEDRO QUIÑONERO / PARÍS) | Fecha: 23/09/2013 | Ver todas las noticias



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