Urgell advierte a las diputaciones que la política cultural «la marca el Gobierno»
Nuevo desencuentro entre el Gobierno vasco y las diputaciones, en manos del PNV. A la pugna por el 'Guggenheim 2', que el lehendakari da por zanjada pese a que el diputado general de Vizcaya insiste en convocar un concurso arquitectónico, le sigue ahora la discusión sobre la política cultural del Gabinete López.
El enfrentamiento se produjo ayer. El escenario, el Consejo Vasco de Cultura, un órgano consultivo en el que participan representantes de todos los niveles institucionales, además de agentes sociales. La chispa saltó en la reunión de la comisión interinstitucional, cuando la consejera Blanca Urgell presentó el documento diseñado por su departamento para «transitar» del Plan Vasco de la Cultura, correspondiente al período de Ibarretxe, al Contrato Ciudadano por las Culturas, que es como se denomina el proyecto estratégico del Gobierno socialista.
Según la versión ofrecida por Urgell a través de un comunicado, la diputada foral de Cultura de Vizcaya, Josune Ariztondo, pretendió «retrotraerse» a las «orientaciones» contenidas en el plan del anterior Ejecutivo. La actitud «silente» de los representantes de Álava -la diputada es de EA- y de Guipúzcoa llevó a Urgell a 'enseñar los dientes'. ¿En qué sentido? Subrayó que la «responsabilidad y la competencia de proponer un documento estratégico base para su discusión son del Gobierno». Asimismo, dejó bien sentada su negativa a «volver a una situación como si el Ejecutivo no hubiera cambiado de color desde hace ya más de un año».
«Sin vetos ni obstáculos»
Es más, la consejera expuso a los representantes forales que la comisión «sólo tiene sentido si todas las instituciones apuestan por un trabajo convergente y compartido. Las diputaciones -añade la nota- no pueden utilizar este foro «para vetar u obstaculizar» competencias del Gobierno, como es «marcar su política cultural».
Ante la falta de acuerdos, el Ejecutivo ha anunciado que «seguirá trabajando» con su documento base con los agentes culturales con los que se relaciona «de forma cotidiana», así como con las instituciones públicas que tengan su misma voluntad de trabajar en términos estratégicos». El resultado de ese trabajo conjunto se trasladará después del verano al Consejo Vasco de la Cultura.