Tenerife acoge la mayor muestra de Henry Moore al aire libre
La ciudad celebra el 40 aniversario de su parque de esculturas, una de las pioneras en Europa.
Las principales calles de Santa Cruz de Tenerife se convertirán en el mayor museo al aire libre dedicado al escultor británico Henry Moore. Se trata de un total de siete bronces correspondientes a la etapa tardía del artista que podrán ser visitados en las principales plazas de la capital tinerfeña hasta el próximo uno de diciembre para después trasladarse a Las Palmas de Gran Canaria, Valencia, Bilbao y Sevilla.
La muestra, que se enmarca dentro del programa de Arte en la calle de la Obra Social La Caixa, no tiene precedentes en España. “Es un evento único en su género y creo que Moore estaría muy satisfecho de ver sus esculturas en un entorno urbano”, señaló la jefa de Colecciones y Exposiciones de la Fundación Henry Moore, Anita Feldman. Las piezas, realizadas todas en bronce, recogen todo el magnetismo y fuerza de la obra de Moore y sus principales obsesiones que caracterizan sus realizaciones.
Una de las piezas combina esta obsesión con otra de sus temáticas favoritas, las figuras reclinadas, con piezas conectadas que sugieren que la exterior es la madre que protege al hijo, la más interna pero también hay una figura reclinada en dos piezas que muestra cómo el artista nacido en Yorkshire en 1898 fusiona el cuerpo humano con las formas rocosas y el paisaje y de esta forma, convierte rodillas y pechos en montañas. Asimismo la muestra incluye piezas verticales, como Gran figura de pie: filo de cuchillo, realizada en 1976 y que evoca a la Victoria alada de Samotracia. En este sentido, Feldman aludió a la importancia del hallazgo en la obra de Moore y su gusto por el coleccionismo. “El hallazgo de piedrecillas en el campo, le había servido para crear en 1963 su Pieza de bloqueo y siete años más tarde, Óvalo con puntos, un bronce gigantesco que surge a partir de la visión de una pequeña piedra en el estudio de Moore y es que la creación, a partir de objetos encontrados al azar en la naturaleza, confiere al arte de Moore una universalidad en la que todos nos reconocemos”, explicó la comisaria de la exposición.
Por su parte, la muestra recupera la vinculación de Moore con España, país que visitó en 1934 y cuyo conflicto bélico posterior le conmocionó hasta tal punto que le inspiró su primera litografía, Prisionero español, tras ver a los republicanos en campos de refugiados franceses.
También conoció a Picasso en el proceso de creación del Guernica, y la representante de la Fundación Henry Moore se mostró convencida de que el surrealismo y el arte español influyó mucho en su creación y en cómo cambió el concepto moderno de la escultura.
La muestra de Moore llega a Tenerife en un momento crucial para la historia cultural de una ciudad que celebra el 40 aniversario de la Exposición de esculturas al aire libre; una iniciativa pionera en España que se desarrolló en las calles de Santa Cruz de Tenerife entre diciembre y enero de 1974. En total fueron cuarenta y tres escultores de la talla de Óscar Domínguez, Pablo Gargallo, Martín Chirino, Josep María Subirachs, Joan Miró y Ossip Zadkine. De la muestra quedaron treinta piezas permanentes que configuraron una peculiar fisonomía a la capital costera. Entre ellas destacó, una pieza que legó Henry Moore a la ciudad, la obra Guerrero de Goslar (1977) que ha permanecido en la Rambla de Santa Cruz desde entonces. “Esta nueva exposición es una manera perfecta para conmemorar la muestra de esculturas en la calle de 1974 que supuso un evento histórico para la vida cultural de nuestra ciudad”, señaló, José Manuel Bermúdez.