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El gusto por la moda a la largo de la historia, motivo de eterno debate

El gusto por la moda a la largo de la historia, motivo de eterno debate

María del Cristo González abrió el ciclo con una conferencia sobre las formas de vestir en la Corte de Isabel la Católica


Aunque parece un tema de radical actualidad, el mundo de la moda, el gusto por el vestir y las tendencias hacia los adornos visuales ya tenía una importancia capital desde la época de Isabel la Católica. En el ciclo 'Los gustos y la moda a lo largo de la historia' que comenzó ayer, la profesora canaria María del Cristo Marrero se encargó de desvelar algunas de las claves que existían en la época de la Corte de Isabel la Católica y también desterrar algunos tópicos sobre la supuesta austeridad de esta reina en su forma de mostrarse, tanto en público como en privado.


«De ninguno de los documentos que he consultado, puede deducirse que Isabel la Católica fuese austera en el vestir. Puede que fuese simple y carente de originalidad, pero en su guardarropa había una gran variedad de vestidos, camisas y tocados».


María del Cristo González recordó que en Valladolid tuvo lugar su primer encuentro con la investigación «cuando tenía 25 años y visité el Archivo de Simancas».


Después de años de investigación y especialización en el tema, admite con ironía que tras el paso del tiempo «no sea solo conocida como 'la chica de los trajes'. Este estudio y esta conferencia supone retomar mis inicios y mi pasión por todo lo que supone este mundo» y aseguró que viniendo a Valladolid «me enteré por El Norte de Castilla de que ya hay una ruta de Isabel y Fernando por la ciudad».


Despertar admiración.

«En su formas lo que querían los Reyes Católicos era trasladar una imagen de resplandor de la Monarquía y despertaban admiración entre los extranjeros que visitaban la Corte española. El gusto que tenían no era solo por la estética, sino que tenía como intención una forma de distinguirse y marcar diferencias con el resto».


Los vestidos de reyes y cortesanos, el lenguaje y los símbolos podían ser motivo de imitación tanto a la hora de vestir, como en la mesa, en los bailes y en todas las actitudes. « Por estos motivos, también la moda era adoptada de otros, del extranjero, y se mostraba como un instrumento social de poder transgresor y rupturista. En la Corte se mostraba en público y en la casa, en privado. Cada vestido podía ser un motivo de comentario».


La profesora canaria destaca el movimiento económico que generaba la moda entonces y puso como ejemplo que «en el bordado de 13 camisas, llegaron a gastar 31.000 maravedíes, el sueldo de un año de un empleado de la Corte.


Dejarse seducir por los trajes, las joyas, los adornos era algo natural. «En el guarparropa de Isabel se podía apreciar que tenía un traje para cada ocasión, algo habitual y bien visto entonces. En la prendas se pretendía ejemplarizar el lujo, dejarse ver luciendo lo mejor, las joyas de oro».


Copiaban y adoptaban la moda que existía, además, de la rígida castellana. El estilo borgoñés: cintura estrecha y hombreras anchas. El estilo italiano: mangas anchas y también el musulmán de los moriscos de Granada».

Compartir | Recomendar Noticia | Fuente: El Norte de Catilla (ALFREDO J. GÓMEZ | VALLADOLID) | Fecha: 06/11/2013 | Ver todas las noticias



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