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El irresistible juego de las subastas

El irresistible juego de las subastas

La venta de un modesto lote de arte africano,con piezas valoradas entre los 300 y los 19.000 euros, se convierte en el acontecimiento del momento en Kenia.


El martillo del conocido 'host' británico Dendy Easton ha golpeado el atril hasta 47 veces en la primera subasta de arte que ha tenido lugar en Nairobi, una ciudad poco acostumbrada a la cultura pero que ha sucumbido a la novedad con fervor. Unos 200 coleccionistas, la mayoría locales, han acudido a pujar por obras de reconocidos artistas de la región como Joseph Bertiers (Kenia), Jak Katarikawe (Uganda), Tonio Trzebinski (Kenia) o Eltayeb Dawel Bait (Sudán). "Es la primera vez que se organiza una subasta de estas dimensiones y en el catálogo había obras maravillosas a precios muy razonables", explica Easton, que trabajó durante 30 años en Sotheby's y que ha venido especialmente para dirigir esta subasta.


Sólo se trata de un primer paso pero, dada la buena acogida que ha tenido, es muy posible que sea el primero de muchos. Camille Wekesa, artista y coleccionista keniana, reconoce que es un paso "en la buena dirección hacia un mayor reconocimiento del arte de África Oriental, pues este tipo de eventos sirve para acercar a los coleccionistas internacionales y a la pujante clase media keniana, que no tiene experiencia en comprar y coleccionar arte".


La sala, abarrotada, está rodeada por las 47 obras que han salido a subasta. Pinturas, esculturas y fotografías hacen cola a la espera de que los coleccionistas pujen por ellas, pero el acceso a la prensa está vetado para respetar el anonimato de los compradores. "Los precios de salida son bastante bajos para lo que normalmente son estas subastas", añade Jaroljmek, "incluso algún artista ha accedido a rebajar sus pretensiones para que su obra pudiera estar aquí". Los precios de salida varían desde los 35.000 chelines (300 euros) de una pintura de Peter Ngugi hasta los 2,2 millones (19.000 euros) de una obra del escultor keniano Samuel Wanjau.


Volver a casa.

Muchos de estos artistas ya han sido reconocidos y premiados en Europa o Estados Unidos, pero también quieren empezar a ser conocidos en su propia tierra. "Hace dos años me dieron un premio de fotografía en Tarifa y he organizado exposiciones en muchos otros lugares del mundo", comenta el fotógrafo James Muriuki, "pero para mí también es importante tener presencia en Kenia, ya que es el lugar donde nací y donde he crecido. Es mi contexto y mi trabajo trata sobre la realidad keniana".


Su fotografía 'Sin título', de la serie 'Construcción sin identificar', llegó a Nairobi pocas horas antes del inicio de la subasta desde Finlandia, previo paso por Zambia y Sudáfrica, y un error burocrático estuvo a punto de dejarle fuera de la subasta. El estrés ha podido con Muriuki, que odia tener que lidiar con todo aquello que no forma parte del proceso creativo. "Ahora solo quiero que [el revuelo] pase para poder seguir desarrollando mi obra, que es lo que realmente me interesa. El resto es para los mercaderes del arte, que son lo que saben de esto, aunque evidentemente es especial que se valore tu trabajo".


La propia Camille, que ha ayudado a seleccionar las obras que participarán en la subasta, está deseando que empiece la subasta. "Es una buena oportunidad porque algunas de las obras se han mantenido ocultas durante 10 o 15 años, por lo que verlas de nuevo es muy emocionante. Colecciono obras de artistas muy concretos y solo me interesan ciertos periodos de su obra", confiesa, aunque se niega a revelar por qué cuadros pujó y cuáles se ha llevado.

Compartir | Recomendar Noticia | Fuente: El Mundo (XAVIER FERNÁNDEZ DE CASTRO | Nairobi) | Fecha: 07/11/2013 | Ver todas las noticias



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