La jequesa del gran poder
La compra del ‘bacon’ de los 106 millones confirma la gran influencia de la princesa catarí en el mercado del arte.
El tríptico de Bacon Tres estudios de Lucian Freud, la obra de arte más cara nunca vendida en subasta, adjudicada la semana pasada en Nueva York, ha ido a parar a Catar, de la mano de la jequesa Mayasa Bint Hamad al Thani. Así lo asegura la página de cotilleos del New York Post,pero en realidad la noticia no parece haber sorprendido al mundo del arte. ¿Quién si no podía pagar los 142 millones de dólares (106 millones de euros) en que se subastó la semana pasada? La familia real catarí ha apostado por el arte como una de las vías de modernización de su país. En su calidad de responsable del Organismo de Museos de Catar (QMA), la hermana del actual emir es la última responsable de esa inversión millonaria.
“He oído rumores, pero no puedo asegurarlo”, señalaba un galerista recién llegado de Nueva York en la inauguración ayer de Abu Dhabi Art, una de las ferias de arte de la región. Como él, numerosos tratantes internacionales acuden en busca de clientes a una región en la que, además de haber dinero, coleccionar arte se ha puesto de moda. Mayasa es el sueño de todos ellos.
A sus 30 años, la princesa fue designada el mes pasado como “la personalidad más influyente en el mundo del arte” por la revista ArtReview. Su nombre aparecía por encima de poderosos marchantes estadounidenses como Larry Gagosian que pujó 101 millones de dólares por el bacon. Según esa publicación especializada, el QMA gasta 1.000 millones de dólares al año en arte, 30 veces más que el MoMa de Nueva York y 175 veces lo que invierte la Tate londinense.
También se ha atribuido a la jequesa la compra de un mark rothko, un francis bacon y un damien hirst recientemente subastados en Sotheby’s por unos 160 millones de dólares. El año pasado, la familia adquirió Los jugadores de cartas, de Cézanne, en 250 millones de dólares, el mayor precio pagado nunca por un cuadro en venta privada. Esas inversiones millonarias en arte son fruto de las inmensas reservas de gas de Catar y del empeño de la familia por poner el emirato en el mapa, aunque no siempre con aprobación local.
Mayasa es la mayor de las hijas del anterior emir con su segunda mujer, la glamurosa jequesa Mozah. Formada en Estados Unidos y Francia, desde su regreso a Doha en 2010 trabaja para transformar su país en un centro cultural de relevancia mundial. También dirige el Instituto de Cine de Doha y una organización de ayuda al desarrollo, en algunas de cuyas acciones ha participado en persona. Además de árabe, inglés y francés, chapurrea español, tras pasar una estancia con una familia de Burgos, según contó a esta corresponsal durante una comida en el palacio de Al Wajbah. Está casada con un primo y tienen tres hijos.