Miró se acomoda en el MNAC
El museo barcelonés acoge el gran mural cerámico que el artista catalán creó para el edificio IBM de Barcelona.
Después de pasar tres décadas saludando a los visitantes del edificio IBM, sede del Departamento de Enseñanza de la Generalitat vendido por el gobierno catalán a un fondo inmobiliario, el mural cerámico que Joan Miró y el ceramista Joan Gardy Artigas realizaron en 1978 descansa ya en el Museo Nacional de Arte de Cataluña (MNAC), después de un trabajo de montaje y desmontaje que se ha prolongado durante varios meses.
La pieza, un mural de grandes dimensiones formado por 406 balsosas de gres refractario y rematado por colores vivos e iconografía clásica del artista catalán, se ha instalado en la Sala de la Cúpula del MNAC después de que, tras la venta del edificio el pasado mes de junio, se acordara mantener este patrimonio continuara en manos públicas.
"Es bueno que los genios catalanes estén en el MNAC, hoy más rico con el legado de Miró", apuntó ayer el conseller de Cultura, Ferran Mascarell. Por su parte, el presidente del MNAC, Miquel Roca, destacó que la pieza "será una escuela nueva de cultura al servicio de todos los chicos de Cataluña".
Sobre un fondo blanco crudo, Miró dibujó figuras con colores vivos, como el azul, el rojo, el verde y el amarillo, contorneadas por gruesas líneas de color negro, descansando todo el conjunto sobre una línea de pintura negra que atraviesa el mural de lado a lado, dejando caer pequeñas salpicaduras y chorrillos. En el espacio que ocupaba el mural hasta el mes de junio, la conselleria ha optado por colocar una reproducción, informa Efe.
A la presentación del mural también acudió el ceramista Gardy Artigas, quien aseguró que Miró estaría muy contento si pudiera ver esta pieza en su nuevo emplazamiento. Artigas aprendió el oficio de ceramista de su padre, Josep Llorens Artigas, quien a partir de los años cuarenta empezó su colaboración con Miró, que dio como frutos grandes murales cerámicos como el que se encuentra en la sede de la UNESCO en París o en el aeropuerto de Barcelona.
Situado en el número 202 de la Vía Augusta, el edificio que ocupa el Departamento de Enseñanza fue vendido por un importe de 40,37 millones de euros, desde un precio inicial de salida de 52,14 millones.