El tráfico de bienes culturales, el más lucrativo tras las drogas y las armas
Se celebra en Madrid el II Encuentro Profesional sobre la lucha contra el tráfico ilícito de nuestro patrimonio.
«Si no valoramos nuestro Patrimonio no lo podemos defender». Así de contudente se mostró ayer José Antonio Vázquez Taín, juez que instruye el caso del robo del Códice Calixtino, que participó ayer en el II Encuentro Profesional «Lucha contra el tráfico ilícito de bienes culturales». Organizado por la Subdireccion General de Protección de Patrimonio Histórico, y tras el éxito de la primera convocatoria, en esta edición, que se celebra en el auditorio del Museo del Prado, se ha apostado por un programa más temático, orientado en esta ocasión al proceso judicial y centrado en dos casos que han culminado con éxito: el Códice Calixtino y el tesoro de la Fragata Nuestra Señora de las Mercedes, expoliada por la empresa Odyssey. A los que se suma la recuperación, también reciente, del Tapiz de Roda.
El encargado de abrir estas jornadas (que concluyen hoy), tras la bienvenida del director del museo, Miguel Zugaza, fue el director general de Bellas Artes y Bienes Culturales y de Archivos y Bibliotecas, Jesús Prieto, quien aseguró que en la actualidad existen «grupos profesionales muy bien organizados y asistidos técnicamente» responsables del expolio del patrimonio cultural, por lo que es preciso «estar al día de los delitos que cometen y transmitirnos lo que está pasando para que nuestras técnicas no resulten desfasadas». Y señaló como principales objetivos de este encuentro el de convertirse «en un foco de reflexión, debate y construcción de redes de colaboración» entre los diversos agentes que trabajan en la protección de nuestro bienes culturales.
Si bien el Ministerio de Educación, Cultura y Deporte, así como otros organismos que trabajan de manera coordinada, han reforzado la protección de nuestro Patrimonio, el tráfico ilícito de bienes culturales es el tercero que «mueve más dinero después del de las drogas y de las armas», según declaró a un reducido grupo de periodistas Carlos González Barandiarán, secretario de la Junta de Calificación, Valoración y Exportación de Bienes del Patrimonio Histórico Español. Aunque aseguró no manejar cifras concretas sobre el volumen de negocio de este tráfico ilícito, que raramente termina en detenciones. «Nuestro principal objetivo es recuperar las piezas robadas que han permanecido años en manos ajenas al robo». Alertó, además, de la visión romántica que se tiene de los ladrones de obras de arte, capaces de acabar con ellas si se sienten acechados por la justicia, «como sucedió con la Silla de San Ramón, del siglo IX, que destruyó Erik el Belga».
Cumplir las leyes.
Por su parte, Vázquez Taín se ocupó de desgranar la problemática a la que se enfrentan los jueces cuando instruyen un delito relacionado con los bienes cuturales, tras su experiencia con uno de los robos más mediáticos de los últimos años: el del Códice Calixtino. En primer lugar se refirió al «complejo» que siente España hacia su Patrimonio frente a Europa. «Y hasta que no lo perdemos no nos damos cuenta de lo que tenemos».
A eso añadió la existencia de «una legislación poco protectora y benévola», que no castiga hasta cometer el tercer delito. «No solo consiste en endurecer las leyes, sino que las que ya hay deben ser eficaces y hacer que se cumplan. Tenemos que transmitir que somos un país serio, que cuando se comete un delito se paga por él». También se refirió a la existencia de «instalaciones poco protectoras» que albergan bienes valiosos, como fue el caso de la Catedral de Santiago de Compostela, donde se apreciaron graves fallos de seguridad; la burocracia y unos métodos de trabajo «que son del siglo XVIII, aunque nos piden la eficacia del siglo XXI».
Tres éxitos importantes en España.
Tesoro de la Mercedes.
Tras años de litigios, la Justicia americana daba la razón en 2012 a España en su batalla por recuperar el tesoro de la Fragata Nuestra Señora de las Mercedes -ya en manos españolas-, expoliado por Odyssey. La última sentencia, el pasado mes de septiembre, dictada por un tribunal de Florida, condenaba a la empresa cazatesoros «por mala fe y deslealtad» a pagar la mitad de las dos terceras partes del dinero que España había invertido en abogados.
Códice Calixtino.
Tras meses de pesquisas y de abrir varias líneas de investigación -que llegaron a Alemania y Suiza-, la justicia detuvo a un electricista, reponsable del robo que tuvo lugar en julio de 2011. Justo un año después del hurto, el valioso libro fue localizado por la policía en el interior de un garaje. En la actualidad, el caso, instruido por el juez José Antonio Vázquez Taín, está todavía pendiente de sentencia.
Tapiz de Roda.
Robado por Erik el Belga en 1979, la valiosa pieza flamenca del siglo XVI fue localizada tras ser comprada por un estadounidense en una subasta celebrada en Bélgica en 2010. Aquello encendió las alarmas y comenzó un seguimiento de la pieza hasta Texas, donde se verificó su autenticidad. El tapiz de la catedral de Roda de Isábena, que fue presentado a los medios españoles esta primavera, está en proceso de restauración.