El Consell emprenderá acciones legales contra Calatrava y la UTE de Les Arts
En enero la cubierta presentaba ya arrugas y abombamientos. El mal estado del material ha acabado con desprendimientos del recubrimiento cerámico.
El Gobierno valenciano denunciará al arquitecto Santiago Calatrava y a la unión temporal de empresas formada por Dragados y Acciona por los desprendimientos registrados el pasado jueves en la cubierta del Palau de les Arts de Valencia. Un coliseo operístico, integrado en la Ciudad de las Artes y las Ciencias, inaugurado en 2005 y que ha costado a la Generalitat 478 millones de euros, de los que 44 corresponden a los honorarios del arquitecto y director de obra.
Los desprendimientos de la fachada obligaron a suspender el acceso al público al Palau de les Arts y las actividades programadas como medida de seguridad. El perímetro ya se hallaba vallado de manera preventiva desde el pasado mes de marzo después de que se detectaran arrugas en el trencadís de la fachada del Palau de les Arts a principios de año y que el Gobierno valenciano instara a “todos los sujetos intervinientes en el proceso constructivo” a reparar las deficiencias.
El consejero de Economía y presidente del consejo de administración, Máximo Buch, adelantó ayer que la decisión de “pedir responsabilidades legales” contra el arquitecto y las empresas que instalaron el trencadís (el mosaico de cerámica blanca que recubre toda la cubierta de la Ópera), ya está tomada. Sin embargo, el consejero señaló que la decisión formal de acudir a los tribunales se adoptará el próximo 8 de enero en una reunión del consejo de administración de la empresa pública CACSA, titular del Palau de les Arts, con el asesoramiento de Abogacía de la Generalitat.
El desprendimiento de las teselas de trencadís, sin embargo, no entorpecerá el funcionamiento normal del Palau de les Arts, según aseguró ayer a este periódico Helga Schmidt. La intendente de la ópera valenciana manifestó que los empleados del coliseo van a seguir trabajando de manera normal, aunque accederán el interior de les Arts a través del anexo sur donde no hay trencadís. Schmidt confirmó que los ensayos para la continuación de la temporada de ópera darán comienzo el 2 de enero, fecha en la que Plácido Domingo iniciará los ensayos de Manon Lescaut, la obra de Giacomo Puccini con que esperan levantar el telón el 2 de febrero. Schmidt, pese a todo, se mostró muy prudente y no quiso dar nada por hecho. “Lo primero, dijo, es la seguridad”.
Los desperfectos de la fachada tampoco afectarán al rodaje de la nueva película de ciencia ficción de Disney, Tomorrowland, en la que intervienen George Clooney y Hugh Laurie como protagonistas. La productora tiene previsto utilizar como escenario la Ciudad de las Artes y las Ciencias de Valencia, en la que se incluyen algunas secuencias en una zona exterior del Palau de les Arts en la que no se han detectado daños.
El retraso en la adopción de medidas para reparar los abombamientos y las arrugas detectadas a primeros de año en la fachada del Palau de les Arts radica en que ni la constructora ni el despacho del arquitecto Santiago Calatrava quieren asumir la responsabilidad de la reparación, indicaron fuentes de la empresa pública de la Generalitat. Una situación que llevó el pasado mes de septiembre a la contratación de varios expertos de la Universidad Politécnica de Valencia para que se pronunciasen sobre los desperfectos.
Un primer informe encargado por el Gobierno valenciano aconsejaba ya la pasada primavera arrancar toda la malla de teselas dañada y reponerla.
Los acabados de las espectaculares y costosísimas construcciones diseñadas por el arquitecto Santiago Calatrava ya han llegado a los juzgados en otras ciudades. En Venecia está pendiente el juicio contra el arquitecto valenciano por los defectos del puente de la Constitución de la ciudad de los canales cuyos resbaladizos escalones han provocado decenas de denuncias. En Oviedo el despacho de Calatrava fue condenado el pasado mes de junio a pagar 3,2 millones de euros por los fallos del palacio de exposiciones y congresos. Y no son las únicas ciudades que han amenazado con pleitear. Bilbao, Nueva York o Haarlemmermeer (Holanda) también lo han hecho.