El arte y la ecología se dan la mano
«Que la imaginación, en momentos de crisis, pueda ser más importante que el conocimiento». Éstas fueron las palabras de Albert Einstein que sirvieron para presidir la Cumbre de Medio Ambiente en Río de Janeiro. Otro de nuestros genios, Picasso, utilizó el manubrio y el sillín de una bicicleta para crear una cabeza de toro. Imaginación, arte y ecología son tres conceptos que ligan a la perfección.
El reciclaje creativo es un fenómeno multicultural que ocupó un lugar destacado en el arte popular, aunque fue a principios del siglo XX cuando, introducido por las vanguardias, irrumpió en el arte contemporáneo consiguiendo un gran desarrollo crítico y conceptual. Para fomentar el reciclaje y demostrar que los desechos pueden convertirse en arte, el ecoparque norte del área de Medio Ambiente del Ayuntamiento de Granada y la Facultad de Bellas Artes, con la colaboración del Centro de Cultura Contemporánea de la Universidad de Granada y el área de Juventud del Ayuntamiento de Granada, 'han dado forma' al II Concurso Internacional de Arte Contemporáneo y Reciclaje, 'Reciclar con Arte', dirigido a artistas sin límite de edad que presentaron obras individualmente o en grupo.
La iniciativa, que ya contó el año pasado con la primera edición, sirve como una invitación para experimentar con las posibilidades que ofrecen los materiales desechados. 'Reciclar con arte' no se limita a demostrar la reutilización de residuos sin más sino que, con el aprovechamiento de esos materiales se puede llegar a crear algo bello. A la vez, la exposición pregona un mensaje positivo que anima a reflexionar sobre el medio ambiente, tan castigado por las toneladas de residuos producidos. Pensemos que, sólo en Granada, un habitante produce 1,5 kilos de basura al día. De este modo, la muestra ofrece al visitante un discurso artístico cargado de belleza y peculiaridad pero, también, hace una llamada a la concienciación ecológica, un factor decisivo para mantener nuestro entorno.
Las obras que se pueden observar en esta muestra reflejan la creatividad de unos artistas que han vuelto a dar vida a elementos, aparentemente sin valor, extrayendo el potencial artístico, y que recobran, además de un sentido formal, un discurso conceptual. De entre los 54 participantes han sido seleccionados 24 artistas de orígenes tan dispares como Portugal, Estonia, Italia, Grecia o Puerto Rico y, por supuesto, de la geografía española. En total, la sala de exposiciones Rey Chico alberga un total de 24 piezas. Las bases del concurso exigían que cada obra tenía que estar construida, en un 60% como mínimo, con materiales de desecho. Aquí entró en juego el papel de ecoparque norte del Ayuntamiento de Granada, del que se podían obtener aquellos materiales que se necesitaran para la elaboración de las obras.
Cualquier material sirve
La ventaja y principal seña de identidad del arte: la libertad temática. Así, si das una vuelta por la sala, te puedes encontrar una lámpara creada con los cuellos de botellas de plástico o con las bobinas de una cinta de cassette, la cara de Frankenstein formada por anillas de latas de refresco y botones sobre una base de cartón, y un retrato en el que los trazos están hechos con cabello natural, entre otras muchas piezas creadas a base de originalidad tanto en su sentido como en los materiales empleados.
Américo Parrilla es el autor premiado por el área de Medio Ambiente del Ayuntamiento por su obra 'Escarabajo pelotero'. Dos escarabajos hechos con metal y madera que transportan una pelota formada por neumáticos simulando una bola de excremento. La inspiración del autor sevillano partió de la idea de que «el escarabajo también cumple una función ecológica: trabajan con los desechos», explicó Américo, al cual le ha llevado varios meses finalizar la obra, porque «fue difícil escoger el material de reciclaje y darle el sentido figurativo», añadió. El interior de una puerta de madera, algo parecido a las celdillas de una colmena, también puede servir para dar rienda suelta a la imaginación y eso fue lo que hizo la estudiante de Bellas Artes Dulce González, que rellenó esa especie de malla con pasta de jabón de diferentes colores creando estelas de colores. Las etiquetas de plástico propias de embalaje de productos pueden servir perfectamente para crear una cortina separadora de espacios domésticos. «Es una forma de experimentar con ese material que, además de permitir un juego de luz por su transparencia, sirve para separar las estancias de forma sutil», explicó Amalia Ortega, autora de la obra.
Algunas obras han sido donadas por los artistas al ecoparque, y las premiadas formarán parte de la colección del Ayuntamiento y de la Facultad de Bellas Artes. En definitiva, una muestra que hace un doble guiño: al arte y al medio ambiente.