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El protocolo no era el problema

El protocolo no era el problema

La normativa establece de manera clara las precedencias y el turno de palabra que deben aplicarse en un acto de estas características.


"Los Reyes o los Príncipes nunca llegan tarde, el acto se retrasa". Es una frase que se suele escuchar durante los estudios de Protocolo y Relaciones Institucionales. La idea es clara: Cuando los Reyes de España o los Príncipes de Asturias asisten a un acto, todo el ceremonial se acomoda a ellos, y este hecho no tiene nada que ver con servilismos ni rancios abolengos. Tiene que ver con la democracia y la representatividad, que es la razón de ser del Protocolo en la actualidad. Porque el Rey de España es el Jefe del Estado y el Príncipe Felipe, su hijo, el que está destinado a serlo según lo dispuesto.


La presencia de los Reyes o los Príncipes es tan importante en cualquier acto que cuando se tiene la confirmación de su asistencia, el servicio de Protocolo de la institución que invita deja todo en manos de la Casa Real. Es el servicio de Protoco de esta última institución la que organiza todos los detalles en cuanto a protocolo, seguridad y su comunicación. Los invitan a ellos y ellos ponen sus reglas.


Por esta razón parece muy extraño que ayer apareciera, solo unas horas antes del acto, un problema de protocolo entre Ayuntamiento y Junta de Andalucía. Lo normal es que el servicio de Protocolo de la Casa Real hubiera comunicado a los representantes de las instituciones todo lo que iba a ocurrir en el acto. Dónde se iban a sentar, si iban a hablar o no, si iban a estar en la mesa presidencial o iban a estar entre el público, etc. El servicio de Protocolo de la Casa Real tiene un nivel de profesionalidad muy alto como para dejar en el aire esta clase de flecos horas antes del acto de entrega del premio Lorca es noticia.


Hay otra razón que hace aún más sospechoso el problema de Protocolo. En cualquier tipo de acto, las precedencias están muy claras, aprobadas por el Real Decreto 2099/1983 de 4 de Agosto, por el que se aprueba el Ordenamiento General de Precedencias en el Estado Español. En su artículo 12, esta ley establece la ordenación de las personas en función de su representatividad. Así, en el número 3 de la lista, encabezada por el Jefe del Estado, se encuentra el Príncipe o Princesa de Asturias. En el número 11, el presidente o presidenta del Consejo de Gobierno de la Comunidad Autónoma, y en el número 19 se encuentra el alcalde del municipio del lugar. Es decir, que el protocolo manda que Susana Díaz esté por delante de José Torres Hurtado, ya que representa a toda la Comunidad Autónoma de Andalucía, mientras que Torres Hurtado representa a la ciudad de Granada. Se podría argumentar que el alcalde de Granada debe tener mayor protagonismo en el acto, dado que el acto se celebra en Granada y que el Ayuntamiento de Granada es quien organiza el evento, pero la tradición incluye normas de educación y deferencia, y lo que marcan estas es que se ceda el puesto a quien lo tiene por norma.


El problema que el alcalde de Granada tiene ahora entre manos ya lo vivió en primera persona. El 28 de febrero de 2008, siendo presidente José Antonio Griñán, el alcalde de Granada se quejó porque en el acto del Día de Andalucía no tenía reservada una silla en el Teatro de la Maestranza de Sevilla. Problemas de protocolo, también se dijo aquel día.


Compartir | Recomendar Noticia | Fuente: ideal.es (DIEGO QUERO) | Fecha: 12/02/2014 | Ver todas las noticias



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